Se quedó sin margen de error la selección española tras la victoria de Grecia. La machada helena ante Australia obligaba a los de Sergio Scariolo a ganar o ganar ante Canadá si se quería colar en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de París. Y a eso aspiraron prácticamente ante el último segundo, con un tiro a la desesperada de Sergio Llull que habría puesto el empate en el marcador (88-85 a favor de Canadá).
España no entró excesivamente bien en el choque, con un inicio marcado por el desacierto exterior. Falló España sus primeros seis tiros exteriores. Aun así, no llegaba a estar cómoda Canadá como equipo ni su estrella Shai Gilgeous-Alexander, que tuvo su partido más discreto de lo que va de Juegos. Para cuando entró el primer triple, obra de Santi Aldama, la selección europea ya estaba más que metida en el partido aprovechando las fallas canadienses en rebote y defensa interior. La salida de la segunda unidad, de nuevo, espoleó al equipo gracias a la defensa de Usman Garuba y Alberto Díaz y el arrojo ofensivo de Juancho Hernangómez, que acabó la primera manga con 5 puntos.
Canadá salió desde el primer momento a apretar la creación española a través de Lu Dort, Dillon Brooks, SGA y RJ Barret. Lorenzo Brown, quien ha tenido un papel muy discreto durante el torneo, sufrió mucho para generar desde el bloqueo y continuación. Fue en el segundo cuarto donde esa presión empezó a tomar forma de robos y transiciones rápidas para los norteamericanos, que acabaron dominaron el segundo cuarto con un 30-19 final de parcial. Los de Jordi Fernández no necesitaron del triple para imponerse, ya que la mayoría de sus canastas llegaron percutiendo la zona de España(26 de 43 en tiros de dos, 6 de 18 al triple). Sobre todo sacando rédito de las dobles ayudas lanzadas a Shai.
Jamal Murray tuvo su mejor partido del torneo. Encontrando sus tiros poco a poco y también a sus compañeros. Más director que nunca, aunque todavía lejos de su nivel habitual en Denver. El que dio un paso adelante ante el bajón de Gilgeous-Alexander y Barret fue Andrew Nembhard, que fue el mejor del lado canadiense. Castigó de todas las formas posibles el de los Pacers a la defensa exterior española. Triples tras recepción, paradas y canastas de media distancia, penetraciones imposibles y cabalgadas a campo abierto que le procuraron 18 puntos como el máximo anotador del partido.
Para el tercer cuarto el partido se había convertido en un toma y daca. Mezclando buenos momentos de ambos y, sobre todo, el asentamiento defensivo de una España a la que le faltaron puntos y jugadores que creasen ventajas. Con todo y con eso, los de Sacariolo se llevaron el tercer cuarto por tres puntos. Gracias en parte a la aparición de Álex Abrines en el encuentro (12 puntos).
El fuego de la Mamba Vasca
La gran sorpresa aguardaba en el último cuarto, donde Scariolo probó nuevas variantes con la entrada de Darío Brizuela y Jaime Pradilla. El escolta vasco protagonizó una de sus increíbles explosiones anotadoras y se fue a los 15 puntos en el cuarto periodo (9 de ellos consecutivos) para mantener a España en el partido. Pradilla, que ya hizo un gran trabajo ante Grecia, dominó los tableros y siguió castigando las debilidades interiores de Canadá.
Hubo un par de momentos, entre pérdidas ahorrables y permisividad defensiva, que España parecía descolgarse. Y un triple de R.J. Barret a medio minuto del final parecía sentenciar con una ventaja de cinco puntos que España volvió a recortar en las manos de Sergio LLull. Shai tiró de oficio para acudir a la línea de tiros libres hasta en cinco ocasiones en ese tramo final. Pero un triple del escolta madridista puso el partido en un punto a 3,1 segundos del final. Gilgeous-Alexander volvió a poner en tres la ventaja desde la personal y Llull no pudo igualar a la desesperada.
España queda eliminada de los Juegos Olímpicos en la fase de grupos tras quedar cuarta de grupo y no poder competir por ser una de las mejores terceras. En lo que, además, ha sido el último partido de Rudy Fernández como jugador profesional después de que anunciase su retirada este mismo año. Como siempre, la selección murió de pie ante una de las grandes favoritas a levantar el torneo. Quien da todo lo que tiene, no está obligado a más.
(Fotografía de portada de Gregory Shamus/Getty Images)