MADRID / ENVIADO ESPECIAL
Estados Unidos 129 – Serbia 92
Sus pizarras no gastarán tanta tinta como las del baloncesto FIBA y el debate de artificio atlético en lugar de deporte de equipo podrá planear durante muchos años, no obstante, Estados Unidos volvió a demostrar en el Mundial 2014 que, simplemente, es la mejor selección de jugadores del mundo. Además, lo hizo en un torneo sin la mayor parte de superestrellas que comandaron el orgullo americano en pasados torneos.
En la final frente a Serbia, el Team USA de Mike Krzyzewski organizó un megafestival de anotación, con despliegue productivo de todo tipo de clases, por dentro y por fuera, y arrolló al conjunto balcánico desde el primer cuarto del encuentro.
Un Irving incontenible
Como había hecho desde octavos de final, Serbia encendió su chip ultracompetitivo tras el salto inicial. Un comienzo eléctrico y la pizarra de Djordjevic les puso 5-12 arriba en el marcador. Bastó tal tímido susto para que Coach K pidiera el primer tiempo muerto de la noche; y ése fue el final de la rebeldía balcánica, ya que un parcial de 15-0 para EEUU electrocutó los circuitos serbios.
Estado Unidos comenzó a correr, a anotar desde cualquier localización y ante cualquier oposición, a morder en cada defensa obligando a su rival a cometer numerosas pérdidas de balón. Especialmente inspirado se mostró Kyrie Irving, quien terminó como MVP del Mundial, con 3 triples consecutivos y 15 puntos en el primer cuarto.
Era el principio de la incontestable represión que ejecutó el Team USA sobre Serbia. El show triplista de Irving animó a Harden y al resto de efectivos americanos a probar suerte y también entraron. Así, al descanso el marcador ya contaba un sangrante 67-41 del lado americano.
Variante de Cousins
Astuto estuvo Krzyzewski dando carta blanca en el poste bajo a DeMarcus Cousins. De largo, la final fue el encuentro en el que más protagonismo acaparó el de los Kings. Las primeras posesiones serbias, finalizadas con tiros fáciles en la zona, movieron al técnico estadounidense a soltar a la bestia para que la permisividad por dentro fuera prohibida hasta el final del choque.
Cousins terminó con 11 puntos, 9 rebotes y 2 tapones, cerrando la vía interior de Serbia nada más entrar a la pista. Acción, reacción y acierto para Coach K.
Cabe destacar que el contador de triples americanos al descanso marchaba por 11 de 17. Irving, Klay Thompson y Harden condujeron la función.
Durante la segunda parte continuó la exhibición ininterrumpida. Estados Unidos llevó, magistralmente, el duelo al talento individual de sus estrellas. Y ahí, como no, se llevó el premio gordo, de oro en este caso. Las acciones del Team USA no destilaron tácticas depuradas, sino que estuvieron encaminadas al ingente talento anotador que siempre tendrá cualquier roster estadounidense. Simple y demoledor.
Talento y físico
Si al talento se adhiere el singular despliegue físico de EEUU, con una presión mortífera sobre la posesión serbia y ejecutando a una, o dos, velocidades más en ataque, la ecuación terminó con final ganada por 37 puntos de diferencia.
Kyrie Irving, que terminó con 26 puntos, cuatro asistencias y un monstruoso 6 de 6 en triples, fue nombrado MVP del torneo gracias a su exclusiva obra en la final. Harden hizo 23 tantos para secundar el derroche ofensivo de los estadounidenses.
Stephen Curry —10 puntos–, Klay Thompson —12–, Rudy Gay —11–, DeMar DeRozan —11— o Kenneth Faried —12— dieron heterogeneidad a la estadística del Team USA.
Por Serbia, desbordada por la bacanal de talento individual desde el primer cuarto, Nikola Kalinic firmó 18 puntos, como Nemanja Bjelica. Bogdan Bogdanovic ejecutó 15 y Milos Teodosic, 10 con 7 asistencias. El base serbio, al final, fue incluido en el mejor quinteto del torneo.
Así, por segundo Mundial consecutivo y cuarta cita internacional, contando Juegos Olímpicos, el Team USA regresa a casa recubierto de oro y, más, con el convencimiento de que ningún país está siquiera cerca de discutir su tiranía de los últimos campeonatos. Esté quien esté, los USA son los mejores.
Imagen: FIBA.com