Exhibición de vieja escuela de Gobert ante los Knicks

El peligro de Rudy Gobert desde fuera de la pintura es mínimo. No es un jugador con tiro exterior o capaz de mover el juego desde el poste alto. Para la talentosa nueva generación de hombres altos, incluyendo su rival de anoche Kristaps Porzingis, el francés es un jugador de armas limitadas. Ante los Knicks, pero, el pívot de Utah fue una fuerza imposible de parar, liderando al triunfo de sus Jazz por 108-101.

De otra época


Gobert terminó con 35 puntos (13/14 en tiros de campo, todos ejecutados en la zona restringida), 13 rebotes (11 ofensivos) y 4 tapones. Sumado a un 9/12 en tiros libres, su exhibición recordó más a los años en los que los interiores puros dominaban la liga que a una competición donde la pintura ha perdido relevancia. Su capacidad para intimidar a los interiores de los Knicks, particularmente a un Kristaps Porzingis totalmente superado en el rebote, fue clave para el triunfo de Utah.

Todo en una noche muy especial en Salt Lake City, en la que la franquicia aprovechaba la visita de Jeff Hornacek y Howard Eisley (entrenador y asistente de los Knicks, respectivamente) para homenajear a la plantilla que llegó a las Finales NBA en 1997. Pese a la notable ausencia de Karl Malone, la presencia de personalidades tan recordadas en Utah como Jerry Sloan, John Stockton, Greg Ostertag, Antoine Carr o Byron Russell, además de los mencionados Hornacek y Eisley, dio merecida lustre a la noche.

Anta la presencia de leyendas


Y como otros pívots de renombre de aquellos años 90, el héroe fue un gigante como Rudy Gobert. Fue el terror de unos Knicks que tuvieron un arranque soñado gracias a un parcial inicial de 13-23, con Kristaps Porzingis (24 puntos) como su mejor hombre en ataque. Pero su debilidad defendiendo el rebote (hasta 30 puntos en segunda oportunidad de Utah) de las garras de Gobert acabó siendo su perdición.

La derrota deja a los Knicks, ya virtualmente eliminados de la pelea por los playoffs, mirando con ojos codiciosos a la lotería del draft y compartiendo el séptimo peor balance de la NBA con Sacramento. Una situación muy diferente a la de Utah, que con solo una victoria más asegurará de forma matemática su regreso a los playoffs por primera vez desde 2012. La vieja escuela, representada por leyendas como Jerry Sloan y John Stockton, pudo estar orgullosa de Rudy Gobert.


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