Tras dos temporadas prácticamente en el ostracismo, Faried ha recuperado la sonrisa jugando en Houston
Kenneth Faried llegó a la NBA en 2011 mostrando una potencia y energía en pista superior a la media; tanto es así que a los pocos meses de comenzar le apodaron Manimal. Con esa carta de presentación su futuro parecía brillante, pero tras pasar algunos años realmente buenos en Colorado fue perdiendo peso en el equipo a la vez que emergían otros jugadores.
Esa situación le acabó llevando a ser primero traspasado en verano de 2018 a Brooklyn Nets (donde apenas jugó) y a firmar ya en enero de 2019 como jugador libre con Houston Rockets. Allí, bajo el mando de Mike D’Antoni ha recuperado parte del juego que le dio la fama.
«Me ha sentado muy bien venir aquí porque D’Antoni es uno de esos entrenadores que realmente te permite libertad para jugar en ataque. Luego espera que como profesional estés pendiente de tu rendimiento como profesional que eres. Sea cual sea el sistema, depende de ti estar en forma. Pero en ataque nos permite ser libres», explica a NBA.com.
Que se siente cómodo en el esquema de D’Antoni se nota en sus números, los cuales no alcanzaba en anotación desde la campaña 2013-14. Así, si en aquella campaña se marchó a los 13,7 puntos y 8,6 rebotes, desde que juega en la franquicia de Texas promedia 13,6 puntos y 8,7 rebotes. Sin duda, un enorme refuerzo para Houston.
(Fotografía de Elsa/Getty Images)