Los Pacers dieron inicio a su nueva andadura liguera sin demasiadas complicaciones. Los de Indiana no tuvieron piedad de unos frágiles Wizards a los que derrotaron por un cómodo 143-120, marcador que refleja su potencial ofensivo y también que los capitalinos no van a ser precisamente el equipo más aguerrido en la mitad defensiva de la cancha durante este curso.
Hasta ocho jugadores locales terminaron el duelo con dobles dígitos en anotación, de entre los que el más destacado fue Bruce Brown con 24. El escolta debutó con su nuevo equipo demostrando una sorprendente efectividad anotadora, pues con su 6/8 en triples exhibió un acierto excelente que le convirtió en el hombre más destacado del encuentro y permite a los aficionados de Indiana soñar con su potencial aportación.
Y es que fue en general un buen partido para eso, para ilusionarse. Tyrese Haliburton, con 20 tantos y 11 asistencias en 26 minutos, volvió a recordar a la versión que le llevó a ser All-Star la temporada pasada, Bennedict Mathurin no perdió ritmo anotador y alcanzó los 18 puntos, Obi Toppin se estrenó con 11, Andrew Nembhard firmó un sorprendente doble-doble de 12 tantos y 10 asistencias, el ataque fluyó y generó que el 68% de las canastas fueran asistidas, lograron la anotación más alta en una noche inaugural desde 1990… Fue en resumen una buena forma de echar a rodar.
En frente estaba seguramente el rival ideal para ello, pues no está muy claro qué esperar de los Wizards este año pero lo que sí está claro es que no hay que esperar mucho. Tras la salida de Bradley Beal, los capitalinos se enfrentan a un curso de pruebas, de ver sobre qué vale la pena construir y sobre qué no, y en el que, salvo sorpresa, las noches como esta no serán la excepción. Porque, aunque es aventurado sacar conclusiones del primer partido de la temporada, este partido se parece mucho a lo que la mayoría esperaba.
Kyle Kuzma, con 25 puntos, fue el encargado de comandar ofensivamente al equipo, seguido por los 18 de un Jordan Poole que hoy no tuvo la finura de otros días y se quedó en un 7/18 en el tiro. Al igual que en los Pacers, nadie llegó a jugar 30 minutos dado que el duelo llegó bastante encarrilado al último cuarto, al que Indiana 14 arriba y en el que la diferencia llegó a ser de hasta 25 tantos mientras los locales se divertían y los visitantes pedían la hora. Y aunque está por aclarar si lo visto hoy sobre Gainbridge Fieldhouse va a ser la tónica habitual para ambos, por ahora en Indianápolis hay motivos para sonreír.
(Fotografía de portada: Dylan Buell/Getty Images)