Finales NBA: Siakam y Gasol conducen a unos monumentales Raptors hasta el 1-0

Los Raptors debutaron en las Finales de la NBA como si de un plantel con mil batallas de este tipo se tratara y se apuntaron, en casa y ante una entregada afición que no paró de gritar durante más de dos horas, el 1-0 en la serie. Correcto, queda mucho, cada partido puede ser un caso diferente al otro, pero tendrán un problema los Warriors si vuelven a conceder casis 120 puntos. Un problema más, porque salen del Game 1 más tocados de los que pudieran esperar.

Ganó Toronto (118-109) en una demostración de que las casualidades no llevan a equipos hasta altas cotas. No hay recetas milagrosas. Lo decía Draymond Green en la previa, que el primer paso es creerte el mejor en lo tuyo. Y luego pueden llegar los éxitos. Como una endiablada cuestión del destino, esa máxima se la aplicó Pascal Siakam, debutante en unas Finales, con apenas tres cursos como profesional, pero dueño y señor de la noche de Toronto este jueves.

Acabó con 32 puntos, desatado estaba, y un 14/17 en tiros de campo. Su porcentaje de acierto, del 88,2%, es el tercero más alto de la historia en unas Finales para un jugador que llega al menos a las 30 unidades, señala StatMuse. Y recordamos, era debutante. Bajo su influjo, y el de un enorme por instantes Marc Gasol, 34 años y también debutante en unas Finales, aunque con más batallas a cuestas, Toronto edificó una victoria sólida, ayudada la formación de Nick Nurse por Fred VanVleet, un Danny Green que volvió a ser Danny Green, o Kawhi Leonard, cojo, renqueante por minutos, pero que volvió a cuajar una notable actuación.

Sin rastro de inexperiencia en Toronto

No lo hubo en el primer partido, como si los Raptors hubieran jugado más Finales a lo largo de su vida. Bien es cierto que tres de sus integrantes, Leonard, Green y Serge Ibaka, saben lo que es pelear por un anillo, pero decimos que fueron dos novatos en estas lides los que más tiraron de las riendas. O tres. Porque VanVleet destrozó en defensa a Stephen Curry. En unas líneas estamos con eso.

Toronto empezó fino desde el perímetro y sus 12 primeros puntos llegaron desde el triple (12-9). Producía el cuadro local desde el exterior, mientras que los Warriors acudían a Curry para empezar la velada. El anotador visitante se puso en un momento en 11 puntos, pero lo peor para él estaba por llegar. Y lo peor era VanVleet, auténtico dolor de cabeza para Curry, que solo pudo anotar 2 puntos en 29 posesiones cuando lo tuvo delante. Curry acabó con 34 tantos, muchos de ellos desde su capacidad para ser infalible en el tiro (14/14). Pero sin embargo, pronto se empezaba a ver que a los actuales campeones les faltaba algo.

Siakam, un rodillo

Un triple suyo marcó el quinto de los Raptors en el primer cuarto, que cerraban los de Ontario por delante (25-21). Empezaron a coger tono los canadienses mientras que Steve Kerr desplegaba rápidamente toda su rotación. Volvía tras un mes DeMarcus Cousins, pero esa reincorporación, en un bloque donde fue titular sorpresa Jordan Bell, no contuvo la potencia interior de Toronto. Cousins, lógicamente falto de ritmo y lento, hizo alguna buena distribución de bola, pero poco más. Aventuramos que su regreso no iba a ser el mayor de los problemas de los Raptors. Y se cumplió.

Una canasta de Klay Thompson colocó el 40-41 para los Warriors en la segunda mitad. Espejismo, porque Toronto, incluso sin dar esa sensación del todo, cogía el control del partido. Y abría brecha, 59-49 al descanso. Y como el excelente boxeador que acude al punto frágil del púgil rival, Siakam fue a por esa brecha de los Warriors. A la vuelta de los vestuarios llevaba solo 10 unidades en dos cuartos, que elevó hacia un total de 32 puntos. Siakam hizo 22 tantos en la segunda mitad, con 11 tiros de campo sin fallo de manera consecutiva, perfecto relevo del arranque de Marc Gasol, 14 puntos y 5 rebotes al descanso. “No he sentido presión”.

La peor noticia para los Warriors cuando caminaba el tercer cuarto era que perdían y que lo hacían sin que Leonard sobresaliera. Marc y Siakam les estaban cosiendo. Kerr no encontraba los ajustes, solo Curry y Thompson parecían sobrevivir. ¿Era o no importante Kevin Durant? Decir que un equipo es mejor sin el concurso de uno de los mejores jugadores del mundo es una barrabasada que se corroboró este jueves. Durant, por cierto, no ha entrenado todavía de manera completa, 5×5 y pleno contacto. Está en Toronto con el equipo. Y Andre Iguodala está tocado. ¿Forzará para volver?

Rematan Leonard y Green

Muchos podríamos esperar, como en la serie contra los Blazers, que los Warriors volvieran a la vida en la segunda mitad. No sucedió nada. Transcurrían los minutos y la desventaja se movía en la decena de puntos. Un triple de Patrick McCaw, terceras Finales en tres años como profesional, hizo daño. En ese acierto para el 88-81 se fueron más que tres puntos para Golden State. Hasta el chico que no quiso seguir contigo y que ha sido intrascendente en estos playoffs te hacía daño. No era el día de los Warriors.

Toronto supo no tener miedo a las acometidas rivales. Porque Golden State, por ejemplo con un triple de Jonas Jerebko colocó el 90-86. A la posibilidad de miedo se le contesta con la cabeza alta y un parcial de 10-1 fue la respuesta de los Raptors a esa cercanía. El Danny Green que hace daño desde el triple más un Kawhi Leonard (23 puntos y 8 rebotes) capaz de dar golpes cuando tocaba sentenciar, fueron demasiado para los Warriors, perdedores y perdidos en la apertura de las Finales.

(Fotografía de portada: Vaughn Ridley/Getty Images)


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