No hay quien pueda con estos Nuggets en su casa. Han convertido el Pepsi Center en un fortín en el que hace ya bastantes partidos ningún equipo ha conseguido llevarse un resultado positivo. Con la victoria de la pasada madrugada ante los Spurs por 102-99, Denver suma ocho triunfos de forma consecutiva como local.
Jamal Murray, quien se hizo daño en su tobillo derecho durante el último cuarto, fue el más destacado en tareas anotadoras, con 31 puntos; mientras que Malik Beasley, también con problemas en el tobillo izquierdo, se fue hasta los 21 tantos. Monte Morris, por su parte, sería el autor de dos tiros libres a falta de 7,2 segundos que sirvieron para ponerle el broche al partido.
“Estaré bien, soy un mutante. De veras que estaré bien”, comentaba con una sonrisa Beasley sobre su percance durante el encuentro. Murray también señaló “sentirse bien” tras el susto con su tobillo. Aparte de los destacados ya, Nikola Jokic se unió a la fiesta rozando el triple-doble con 21 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias.
“Son un gran equipo aquí en su casa. Juegan muy unidos, mueven la bola, así que hemos tenido que cambiar algunas cosas de nuestro juego”, matizaba LaMarcus Aldridge. Tanto el pívot de los Spurs como DeMar DeRozan se combinaron para aportar 57 puntos a los suyos, aunque la clave de que el equipo se reenganchara al partido estuvo en la defensa que realizaron durante la segunda parte.
La lástima para los de Gregg Popovich vino desde el tiro libre. Los de San Antonio son un equipo top a la hora de anotar desde la línea de castigo, pero el 4 de 8 que lograron ayer en el último 1:48 de partido evitó que pudieran arrancar el triunfo. De hecho, acabaron con un 11 de 20 en libres, porcentaje lejano a lo que acostumbran.
“Ninguno de nosotros sale ahí normalmente y falla los libres”, comentó DeRozan. “Hemos estado muy bien en esta faceta durante todo el año. Tuvimos innumerables oportunidades de haber tomado la delantera en el marcador y de haber ganado el partido”.
(Fotografía de portada de Matthew Stockman/Getty Images).