Cansado de intentarlo por la vía directa y por la subterránea (D-League) y darse casi siempre de bruces con el mismo muro —suplencia y escasez de minutos—, Jimmer Fredette lo intentará esta vez dando un largo rodeo. La ex estrella de la NCAA jugará en China; concretamente, informa David Pick, en los Shanghai Sharks, conjunto del que Yao Ming es propietario.
Cambio de estrategia
Al contrario que otros jugadores que se mudan al continente asiático en busca del retiro dorado, escaso de competencia pero generoso en verdes, Fredette lo hace con toda la intención de recuperar algo que perdió hace tiempo: el reconocimiento. Allí pretende ser un jugador importante, revalorizarse lo suficiente y volver a recibir una llamada de la NBA una vez concluido el calendario competitivo chino y con lo mejor del norteamericano aún por disputar.
Su última experiencia seria en la liga de las ligas fue en los New Orlean Pelicans, en la temporada 2014-15, participando en 50 partidos una media de 10 minutos cada uno. Al curso siguiente, tras promesas incumplidas, trainning camps frustrados y contratos no garantizados se convirtió en carne de primera calidad en la Liga de Desarrollo, en los Westchester Knicks.
Su gran año en la sombra (37 puntos el día de su debut) ha vuelto a ser insuficiente. Ahora mismo, a sus 27, mismo rifle, distinto cartucho. ¿Servirá la escala?