La historia de Markelle Fultz y los Philadelphia 76ers quedará para siempre como uno de los grandes interrogantes de la historia de la liga. El que fuera número 1 del draft de 2017 llegó a la NBA generando mucha ilusión, pero sus problemas tanto de adaptación como a nivel físico hicieron que pronto comenzaran a surgir las dudas a su alrededor. El base solo llegó a disputar 14 partidos en su primera temporada y otros 19 antes de caer lesionado en la segunda, lo que hizo que los de Pensilvania, en pleno crecimiento del Proceso y con los ojos puestos en la pelea por el título, optaran por traspasarlo a Orlando solo un año y medio después de su elección.
«Fue una situación muy rara» ha comentado Fultz en una entrevista en The Players Tribune. «Entiendo que esto es un negocio, y estoy agradecido de que me traspasasen a un sitio en el que pudiese tener una segunda oportunidad. Pero la verdad es que me habría gustado tener la opción de ayudarles. Realmente creo que habría podido ser de ayuda si hubiesen esperado y me hubiesen dejado recuperarme, pero a la vez estoy agradecido por cómo me trataron».
Fultz no encontró precisamente continuidad tras su llegada a los Magic, pues aunque sí pudo disputar completa la temporada 19-20, volvió a caer lesionado en el octavo encuentro de la 20-21 y no pudo estar de vuelta hasta febrero del año pasado. Este curso, no obstante, sí ha podido volver a estar en pista con regularidad, y ha firmado su mejor campaña con 14 puntos y 5,7 asistencias por partido, firmando incluso actuaciones de grandísimo nivel que prueban que el talento que los 76ers vieron en su momento sigue estando ahí.
(Fotografía de portada: Michael Reaves/Getty Images)