Si hay algo que ha definido a Kevin Garnett a lo largo de su carrera es el haber sido un tipo duro con letras mayúsculas. Y no se trataba solo de fortaleza en la cancha, sino de una mentalidad que en muchas ocasiones seguía luchando incluso cuando sus piernas decían ‘no’.
Han pasado los años y ya está retirado, pero no por ello ha dejado que ese espíritu de lucha pierda un ápice de intensidad. Quizás por ello, y por haber sido miembro de Boston Celtics, se muestra impactado ante el final de temporada de Kyrie Irving.
La estrella de los verdes llegó a la disciplina del equipo conocedor de que su rodilla izquierda no estaba en perfectas condiciones, pero igualmente convencido de que se trataba de un problema con el que lidiar a medio/largo plazo. No ha sido así. En unas semanas pasó de un descanso de algunos días a verse en el quirófano. ¿El resultado? Adiós a los playoffs. Garnett cree que equipo y jugador podrían haber hecho más.
«Me quedé sorprendido. No estaba preparado para esto. Ojalá le hubiesen insistido un poco para jugar, pero hoy día están todos mucho más interesados en el bienestar de su cuerpo. En una época diferente quizás la situación se hubise visto un poco diferente», comenta a Boston Globe.
Decisión lógica
Boston cerró la llegada de Kyrie Irving pensando en marcar una época, y con ese objetivo poco sentido tenía forzarlo en una post temporada que ya se había complicado el primer día con la lesión de Gordon Hayward, y que no pintaba mejor una vez se supo la gravedad de la dolencia de Marcus Smart. ¿Podría haber forzado? Quizás. ¿Hubiese sido un acierto hacerlo? No lo parece.