Golden State sobrevive a 52 puntos de Shai

Los Warriors tumban a los Thunder pese a la heroica noche de Gildeous-Alexander.

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Por Aitor Darias

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Cuando la bocina del Chase Center anunció el final del primer cuarto, no fueron gritos de emoción lo que la acompañó. Con Shai Gilgeous-Alexander con más puntos (21) que todos los Warriors (20) y los Thunder 14 arriba, la noche parecía dispone los ingredientes para una exhibición del canadiense y otra victoria cómoda más para OKC, pero resulta que incluso a los mejores equipos se les pueden torcer los partidos que tienen más de cara. Porque al final, solo una de esas predicciones se hizo realidad.

La grada de San Francisco vio a Shai torturar a los suyos, sí, pero también vio a unos Warriors combativos como pocas veces que supieron sobreponerse a ello. En una muestra de carácter, los de Steve Kerr remontaron el choque y sobrevivieron a los 52 puntos de Gilgeous-Alexander para hacerse con una victoria fundamental por 116-109, una que los mantiene en la lucha por el play-in y, quién sabe, quizás sea el inicio del resurgir.

(casi) Intratable

Pese a terminar las dos temporadas anteriores con más de 30 tantos por partido y entre los máximos anotadores de la liga, Shai no solía ser un jugador dado a grandes anotaciones. Su récord hasta este curso era de 44 puntos, y las veces en las que se iba hasta los 40 no eran tantas como cabría pensar. Pero este curso, quizás en su deseo de pelear el MVP, esto ha cambiado.

El base ha superado su anterior récord anotador cuatro veces en lo que ve da liga, yéndose dos veces hasta los 45 y marcando su nuevo mejor registro hace solo una semana al convertir 54. Y ahora, con estos 52, ha demostrado una vez más que querer es poder en su caso. Solo que esta vez querer no es ganar.

Y es que, pese a que Golden State no pudo hacer nada para evitar que anotara, sí pudo conseguir al menos que lo fuera haciendo con menos asiduidad. Y, sobre todo, que no involucrara a sus compañeros. Shai pasó de una primera parte soberbia en la que sumó 31 tantos con casi un 70% de acierto (9/13) a estar mucho menos preciso en la segunda, en la que los puntos llegaron pero lo hicieron con mucho más terrenal 7/16 en tiro. Ahí, por fin, había un contexto en el que los Warriors podía crecer.

Sobre todo porque quien no creció fue el resto de OKC. Con excepciones, claro. Jalen Williams, que anotó 18 de sus 26 tantos en la segunda parte, trató de echar una mano a su compañero a medida que los locales iban creciendo en el encuentro, pero eso fue todo. Los de Daigneault habían llegado a un punto en que solo podían vivir o morir por Shai. Y, como excepción a la norma habitual del curso, la moneda salió cruz.

Lo cual no impidió al base hacer historia en varios sentidos. Para empezar, historia de la franquicia, pues se convirtió en el tercer jugador de los Thunder con varios partidos de 50 o más puntos, algo que hasta ahora solo habían logrado Kevin Durant y Russell Westbrook. Y para acabar, historia de su país, pues ha sido el primer jugador canadiense en superar los 50 tantos en más de una ocasión.

¿Un último estertor?

Quien celebra esta noche, no obstante, son unos Warriors que hasta hace unas horas parecían sumidos en una crisis preocupante. Una crisis en la que tal vez continúen pero de la que al menos se han olvidado unas horas después de su mejor victoria desde aquel fulgurante inicio de curso que parece haber tenido lugar hace mucho más de cuatro meses.

Los californianos estuvieron comandados en anotación por un renacido Andrew Wiggins, que con 27 puntos dio continuidad a la dinámica de las últimas semanas y se echó al equipo a la espalda como en sus mejores noches. Si bien no sumó tanto como su compatriota, fue letal a la hora de atacar el aro y brilló desde el triple con un 5/8, consolidándose como clave en una noche grande para el equipo.

Pero, aunque sus números no sean tan llamativos, el que cambió la cara al equipo fue Stephen Curry. Fue él quien dio un giro al guion tras una mediocre primera parte y se echó al equipo a la espalda en la segunda, en la que con cinco triples hizo creer a los suyos y cambió la dinámica del choque. Los dos primeros eliminaron la ventaja visitante, los dos siguientes pusieron a los suyos al frente…

Y el último simplemente fue la guinda del pastel.

El triunfo no saca de pobres a los Warriors, que siguen de hecho fuera incluso de los puestos de play-in, pero les permite volver a acercarse a ellos y, sobre todo, convencerse a sí mismos de que su techo está mucho más alto de lo que están volando ahora mismo. Y de que, al menos en noches como esta, son capaces de volver a lucir como un gran equipo.

(Fotografía de portada: Cary Edmondson-Imagn Images)

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