‘Game 5’: campeones para la historia o Finales para siempre

«Lo que pasa en The Q, se queda en The Q». Ese pensamiento, más propio del estado de Nevada, alborota en estos momentos la mente de los Golden State Warriors. Cuatro partidos disputados; dos en los que han barrido a su rival, otro en el que ganaron por oficio campeón y un último en el que fueron traicionados por su relajada confianza. ¿De qué preocuparse si las sensaciones positivas son mayoría en tres veces a una? De mucho, puesto que el Game 5 de las Finales NBA que se disputa esta noche de lunes —vuelta a territorio de Oakland— es el partido más capital de toda la serie. ¿Que por qué? Porque es el que, de golpe, cierra la temporada o abre en canal una lucha por el título memorable.

Casualidades dinásticas, hace justamente un año estos equipos también intercambiaban un marcador de 3-1. Pero las Finales se las llevaron los Cavaliers. También era lunes el día que se disputaba el quinto encuentro y eso supuso el principio del fin para los Warriors. Sin Draymond Green —sancionado— con el fusil haciendo guardia, LeBron James, Kyrie Irving y compañía abrieron una vía de aire en el Oracle Arena que terminaría significando el anillo.

Hasta el año pasado, nunca se había remontado un 3-1 en las Finales. Tampoco en estos momentos se ha podido levantar un 3-0, marcador con el que empezó la serie. Y no vendamos humo: Golden State parte con las de ganar esta noche. Por todo. Jugadores, aportación de sus estrellas y del banquillo, entrenador, juega en casa… Pero enfrente están los Cavaliers imposibles de LeBron. Capaces de barrer a los Warriors en un partido —cuarto— cuando habían sido acribillados moralmente en los tres anteriores; y capaces hace un año de ningunear la historia para enfundarse el primer anillo de la historia de los Cavs.

«Tenemos una oportunidad» ha dicho LeBron James, sintetizando el sentir de todo Cleveland. Y esa oportunidad pasa necesariamente por ganar este lunes II, como el curso pasado. Menos recursos disponibles que los Warriors pero la seguridad de que pueden ganarles —hace unos días no la tenían— podría mover montañas. Como son los Warriors.

Será, pues, el golpe más trascendente de toda la serie. Para bien o para mal, añadirá más pólvora a unas Finales con casi todo por aclarar; o bien cerrará el año de una de los mejores equipos que el baloncesto ha tenido a bien juntar.

Cosas que cambian

Sin embargo, tampoco es del todo justo aludir a las Finales 2016 con demasiada ligereza. En aquella ocasión, los Cavaliers encajaron los golpes de un 3-1 para empezar su remontada en el quinto encuentro. No estaba Draymond Green —esta noche sí—, ni Harrison Barnes era Kevin Durant, ni el equipo de Steve Kerr se había investido como grupo de época —solo una derrota en estos playoffs— en la postemporada. Llevaban el 73-9 como emblema, pero en la lucha por el título el valor de ese hito terminó volviéndose contra ellos.

Los Warriors nunca han celebrado, además, un título en casa ante su gente —de los dos que tienen como equipo en La Bahía, 1975 y 2015—, y si quieren hacerlo deberán colocar bien las banderillas esta noche o volverá a haber Finales para rato. Para la historia más bien. Una victoria de Cleveland esta noches casi avivaría más los nervios californianos y el 3-2 reinante parecería más un 3-3. Nadie en Golden State quieren animar viejos fuegos, por eso saben que deben cerrar las Finales esta noche.

Las claves tácticas

En manos de ambos equipos, más de los Warriors, está que el Game 5 se parezca a los tres primeros o al último encuentro disputado. Los nervios de Draymond Green, visiblemente alterado en el cuarto partido, que se disputó en The Q, el nivel de acierto en triples de ambos equipos o si Golden State acepta el reto físico de los Cavs; todas ellas son claves que dirimirán el signo final del partido.

Durant dará la cara, como siempre en estas Finales (34,3 puntos, 8,8 rebotes, 5,5 asistencias, 2,0 tapones en la serie). De que la muestren también Stephen Curry (solo 14 y cuatro canastas en juego en el cuarto choque) y Green dependerá el partido. No haría falta casi ni que Klay Thompson entrará en trance ofensivo. Si lo hace, agárrense a la silla.

Importancia de los triples

De manera evidente, la concentración de Warriors será mayor que el pasado viernes, pero cuidado a los triples de los Cavs. El equipo de Tyronn Lue gana el 75% de los partidos en los que intentan al menos 40 triples, como se hizo eco el compañero de AS NBA, Juanma Rubio. Cuando más cerca estuvieron de ganar o lo hicieron en estas Finales, 44 y 45 tiros de tres intentados. Ahí está, pues, otro de los caminos hacia la igualdad que han encontrado los Cavs. Escopetas indiscriminadas. Al más puro estilo Mike D’Antoni.

Llega el gran partido de las Finales 2017. Habiendo visto varias versiones de la misma película, la de esta noche será premonitoria del desenlace. Segundo match ball que han de salvar los Cavs, que a su vez saben que una victoria les da derecho a pensar en una nueva hazaña. La hora de los héroes, de los campeones que siempre serán recordados o de las Finales que todos grabaremos en la memoria.


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