Steve Kerr sigue apartado de la normalidad deportiva de Golden State Warriors. El entrenador no pudo dirigir a su equipo en los partidos tercero y cuarto de la serie ante Portland Trail Blazers y, por el momento, está siendo examinado a conciencia por diferentes equipos médicos. Los efectos secundarios de dos operaciones pasadas en la espalda se han complicado más allá de lo ordinario y el técnico tiene que lidiar con mareos, dolores de cabeza, vértigos, dolor de cuello y malestar que le impiden volver con total garantía al banquillo de uno de los máximos favoritos al anillo. De hecho, se han recabado informaciones de que era posible que Kerr no volviera a sentarse en el banquillo esta temporada. Sin embargo, desde los Warriors se saca la bandera del optimismo.
«Mirad, a lo que él se enfrenta es tratable», aseguraba este jueves Bob Myers, general manager de Golden State, a los micrófonos de The Associated Press.
«Se trata de encontrar el mal y solucionarlo. Así es como creo que tenéis que diferenciar lo que él está pasando de lo que pueda pasar otra persona. Algunas cosas no tienen solución en la vida. Pero aquí sí la hay. Solo tenemos que descubrirla, y lo haremos. Tengo confianza en que lo haremos. Algunos diagnósticos te fuerzan a aceptarlo todo sabiendo que no hay solución. Pero sí la hay en este caso», confió el patriarca de las oficinas de Oakland.
Vuelta a Warriors
Steve Kerr será examinado en Stanford esta semana y hasta que no se encuentre plenamente recuperado no volverá a dirigir a los Warriors. Aunque aquí la prioridad de toda la familia ‘warrior’ no es el temprano regreso de su entrenador, sino su salud plena para el resto de su vida. «Le queremos sano para toda su vida. Ésa es nuestra mayor preocupación. No estamos tratando de que se recupere solo para que nos pueda dirigir en los playoffs. Le queremos con salud para que pueda vivir cada día de la manera más normal posible», esgrimía recientemente Kevin Durant. Y ése es el sentir de toda la entidad.
Heredero Brown
En el lugar de Kerr se posicion ha colocado a Mike Brown, asistente con mayor experiencia de los Warriors y quien ha asumido la función de cara visible en el banquillo durante la ausencia de su superior. «Steve siempre va a ser parte de esto», reconoce Brown, que desveló que aunque Kerr no esté con el equipo, las decisiones también le llegan en la distancia.
«De verdad, casi siempre que haga algo, voy a consultar con él. La única vez que no lo haré será durante los partidos, no quiero que la NBA sepa que tengo un pequeño chip en el cuello con el que me comunico en situaciones de partido. Eso quedará entre nosotros», bromeó el asistente.
Así es que lo que es seguro es que hay tratamiento para Steve Kerr, pero primero los médicos deberán conocer con mayor exactitud qué le produce exactamente sus aflicciones. Hasta que sane del todo, no volverá a entrenar personalmente a los Warriors.