Gordon quiere quitarse la etiqueta de ‘jugador de cristal’

Eric Gordon es uno de esos casos en los que las lesiones truncan –no de manera definitiva– una carrera que pasa de apuntar al estrellato a quedarse en la clase media.

Tras tres fantásticos años en los Clippers –equipo que le seleccionó en el draft de 2008 y con el que consiguió 22,3 puntos de promedio en la 2010-11– su paso por los Pelicans se mide por 221 partidos jugados de 410 totales; es decir, se ha perdido casi la mitad. Pese a ello, entiende que sus problemas físicos no han sido tan importantes como para que se le tache como jugador propenso a las lesiones.

«La mayoría de las lesiones han sido sencillas. Desde la primera, con el problema en las rodillas, hasta el año pasado, siempre he estado en el camino de jugar 82 partidos, pero luego llegan problemas tan caprichosos como la rotura de un dedo. Son pequeñas dolencias que puedo superar fácilmente, pero claro que mi plan es siempre jugar 82 partidos y más aún», ha explicado durante su presentación con Houston Rockets.

Admitiendo que las lesiones que ha sufrido Gordon no siempre han sido de extrema gravedad, no es menos cierto que desde 2009 no ha podido jugar más de 64 partidos en ninguna temporada…

Eso sin embargo no ha frenado a la franquicia de Houston para contratarle junto a Ryan Anderson, quien también ha tenido sus más y sus menos los últimos cursos con problemas de hernias. Eso sí, los Rockets han mirado con lupa ambos casos.

«Nuestros médicos han estudiado en profundidad las lesiones de ambos en su mayoría no son dolencias que deban reproducirse. De hecho, si fuese así, no estaríamos aquí sentados», sentencia Daryl Morey, general manager del equipo.


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