“En verdad fue muy raro. Entrenas con esos tipos y tener que jugar contra ellos en un partido… Es un sentimiento raro. Estoy muy acostumbrado a jugar con esos chicos a mi lado”.
No fue un día sencillo para DeMarcus Cousins. El pívot se enfrentó por primera vez al que hasta hace pocas semanas fue su único equipo en la NBA desde que llegó de la universidad en 2010 y logró salir victorioso al imponerse los Pelicans a los Kings por 117 a 89. Cousins respondió con un magnífico rendimiento logrando 37 puntos, 13 rebotes, 4 asistencias, 3 robos y 2 tapones.
.@boogiecousins on not making tonight about him, but instead about a team win #Pelicans pic.twitter.com/lQfxfVJGA2
— New Orleans Pelicans (@PelicansNBA) 1 de abril de 2017
“No quería que esto fuera sobre mí”, dijo Cousins refiriéndose al partido. “Mi mayor temor era que fuera así y terminar con una derrota. Así que estoy contento de que lo hayamos encarado de forma correcta. Hemos salido con mucha energía, estableciendo el tono pronto. Hemos jugado un baloncesto como debe ser”.
Los Kings, con numerosas bajas bien por descanso o bien por lesión (Arron Afflalo, Kosta Koufos , Ty Lawson, Anthony Tolliver, Rudy Gay y Malachi Richardson no fueron de la partida), apenas inquietaron a New Orleans y se vieron rápido en un pozo del que nunca pudieron salir. 26 puntos era la desventaja acumulada para ellos al llegar al descanso. Buddy Hield, uno de los jugadores involucrados en el traspaso de Cousins, anotó 13 tantos contra su equipo, los mismos que Skal Labissiere.
Camaradería pese a la separación
Cousins fue el protagonista también antes y después del partido. Multitud de charlas y muestras de cariño con él por parte de miembros y trabajadores de los Kings fueron la tónica habitual durante la jornada. “Quiero a esta gente. Aún habló con ellos a diario”, comentó.