El periodo entre temporadas suele ser el elegido por muchos jugadores para solucionar pequeños problemas físicos que han ido arrastrando durante el anterior curso. Ese es justo el caso de Grayson Allen, quien según explica Jon Horst (general manager de los Bucks), se ha sometido a un procedimiento quirúrgico para reparar una lesión en el dedo anular izquierdo que le estuvo molestando en la campaña 2021-22.
No se trata en cualquier caso de una intervención importante. Tal y como señala Horst, simplemente era el mejor momento para acometer una cirugía que debe ser muy positiva de cara al rendimiento del guard una vez regresen los partidos oficiales allá por el mes de octubre.
«Son muchas las veces en las que los chicos hacen cosas de mantenimiento, cosas de rutina durante la offseason para estar listos para la siguiente. Estuvo bien abordar este problema en el periodo entre temporadas. Estará bien. No hay nada permanente en la lesión que tenía», analiza el ejecutivo de la organización de Wisconsin.
Más allá de este contratiempo ya contrarrestado, Allen se mostró en todo momento como una pieza esencial en el esquema de Mika Budenholzer. Para ser exactos, disputó hasta 27,3 minutos por noche en regular season para promediar 11,1 puntos y 3,4 rebotes (máximos de su carrera); eso sí, tuvo dificultades en playoffs, sobre todo ante unos Celtics que le dejaron en un duro 2 de 18 en triples en una serie a siete partidos en la que pudo jugar seis.
(Fotografía de Stacy Revere/Getty Images)