Las aulas de Ohio State han recuperado una presencia que fue breve, pero especialmente recordada. Con los Buckeyes, Greg Oden fue un proyecto de estrella, quizás el más prometedor entre pívots desde Shaquille O’Neal, en la temporada 2006-07. Ni siquiera la presencia en la universidad de Texas de un talento ofensivo único como el de Kevin Durant dejaba muchas dudas de que Oden iba a ser el número 1 del draft de 2007. Sus frágiles rodillas, pero, frustraron su destino de estrella a partir de ese momento.
«Se acabó»
Tras varias lesiones de gravedad y un intento de regreso a la NBA con Miami que duró un año (con una temporada extra en China), Greg Oden ha reiniciado una nueva vida a sus 28 años de edad, regresando a Ohio State para continuar su educación interrumpida por sus ambiciones deportivas. En una entrevista al Indianapolis Star, Oden confirmaba que su carrera deportiva ya llegó a su fin. Preguntado por si volvería a jugar a baloncesto, su respuesta fue «ya me gustaría. Se acabó».
Después varios incidentes legales que mancharon su reputación en los últimos años, su vida personal está ahora enderezada. Oden fue padre de una niña hace cinco semanas y regresó a Ohio State como estudiante-entrenador, aprendiendo desde la base el oficio de dirigir a un equipo.
«Quería estar cerca del baloncesto y el entrenador (Thad Matta) me dio un salvavidas para estar aquí», afirmó Oden. «Me da algo que hacer por las tardes. Aún estoy intentando saber qué hacer con mi vida. Desde que estuve en cuarto de primaria, todo lo que he aprendido es baloncesto. Aún estoy intentando conocerme, trabajar en mi graduado y asentarme para el futuro de mi familia».
Un talento roto
Atrás quedará, por tanto, una carrera de jugador que parecía destinada a llevarle a la élite tras ser elegido como número 1 del draft por Portland. Una microfractura sufrida en pretemporada en su rodilla le dejó sin poder jugar en su última temporada, y nunca volvió a ser la bestia en la pintura de Ohio State. Tras solo jugar 82 partidos en cuatro temporadas, sus rodillas no pudieron más. Fue cortado por los Blazers e inició una larga rehabilitación fuera de la NBA. Su breve regreso en Miami no dejó huella, dejando para siempre la liga en 2014, previo paso por China. Con el sueño del baloncesto roto para siempre, el resto de la vida de Greg Oden está ya en marcha.