El escolta se sobrepuso a una noche de desacierto para liderar a los suyos con 18 puntos en el último cuarto
La noche de James Harden era casi de pesadilla. Tras tres cuartos, la estrella de Houston Rockets se encontraba con solo 16 puntos y un 5 de 19 de tiros de campo (1 de 10 en triples). Sin embargo, ya sabemos que los fallos de cara a canasta no es algo que arrugue al MVP de 2018; tanto es así que llegados los últimos 12 minutos explotó para hacer hasta 18 puntos y dar el triunfo a los de Texas.
Porque La Barba tiene estas cosas. Tan pronto parece perdido en la batalla como acaba con ella. Ante Phoenix, con el partido empatado a falta de siete minutos para el final, firmó 13 puntos consecutivos para situar el 102-95 a favor de los suyos. Desde ese momento los Rockets supieron manejar el partido para acabar imponiéndose por 115-109. Acabado el trabajo, Harden se felicitaba por las numerosas armas que tiene el equipo. «Así de profundos somos. Tenemos un equipo realmente bueno y muchachos que pueden hacer jugadas y convertir tiros. Más importante aún, estábamos concentrados en nuestra defensa».
Harden fue decisivo, cierto; pero si pudo llegar a esa situación fue gracias al desempeño de otros como Russell Westbrook. El base, cada vez más adaptado a su nuevo equipo, firmó su tercer triple-doble consecutivo con 24 puntos, 14 rebotes y 11 asistencias. Tampoco faltó la gran contribución de Ben McLemore, quien ha recuperado la sonrisa de la mano de Mike D’Antoni para regalar anoche a los Rockets 27 puntos con un excelente 5 de 9 en triples.
Phoenix, mostrando madurez
Aunque los Suns acabaron cayendo, lo cierto es que dieron guerra hasta los últimos instantes. Dejando claro el gran paso que han dado respecto a la campaña pasada, los de Arizona mantuvieron el encuentro igualado en todo momento bajo la batuta de Devin Booker, quien se marchó hasta los 35 puntos tras marcar su tope de la temporada con 44 en el anterior choque contra New Orleans Pelicans. Visto tal trabajo sobre el parqué, el entrenador del equipo, Monty Williams, se mostró satisfecho. «Tenemos la mentalidad de simplemente no ceder nunca. Estamos jugando con muchachos jóvenes que están aprendiendo a jugar contra hombres en la NBA. Esto es parte del desarrollo habitual», sentencia.
(Fotografía de Takashi Aoyama/Getty Images)