Tenía que pasar y pasó. La temporada que están cuajando los Rockets merecía darse una alegría y cuando anoche se corroboró el 117-107 sobre los Pelicans, todos los jugadores sabían que era momento de celebrar: habían llegado a las 50 victorias, algo sin duda meritorio teniendo en cuenta el balance de 41-41 con el que acabaron el año pasado.
«Somos un equipo diferente, jugamos un estilo diferente. Hemos madurado y tenemos una mentalidad distinta. Todas esas cosas se le vienen a uno a la mente cuando se pregunta qué es lo que ha pasado para que estemos así de bien ahora», comentaba Trevor Ariza.
Más cauto, aunque con una plena sonrisa en la boca, estuvo Mike D’Antoni para marcarse un nuevo objetivo. «Llegar a las sesenta estaría bien. Podríamos celebrar eso», comentó el técnico. James Harden sería otro de los que mostraría su alegría y remarcó que «deben jugar tan bien como se pueda para prepararnos de cara a estos últimos sesenta partidos y los playoffs«.
Harden, como siempre
38 puntos fueron el premio con el que acabó Harden el partido. Siempre estamos acostumbrados a remarcar sus actuaciones anotadoras, pero las 17 asistencias que dio empatan con su mejor marca en esta faceta durante toda su carrera. «Hicimos faltas cuando tocaba, anotamos cuando teníamos que hacerlo, y así logramos poner el partido a nuestro favor», añadió el escolta.
Patrick Beverley finalizaría con 17 puntos, mientras que Clint Capela tendría 10 tantos y 13 rebotes en el que es su décimotercer doble-doble de la campaña.
Estéril pintura de Pelicans
Tener a la mejor pareja interior de la liga no garantiza triunfos, por muchos puntos y rebotes que atrapen entre los dos. Se necesita algo más para dar el salto hacia el siguiente nivel, y eso en New Orleans lo saben.
Anthony Davis se fue hasta los 33 puntos y 16 rebotes; DeMarcus Cousins no le andaría a la zaga con sus 29 tantos. Pero todo resultó ineficiente para prolongar la racha de tres victorias de la que venían.
«Hemos jugado bien, pero estás jugando frente a un gran equipo con un gran jugador, candidato al MVP. Él hizo muchas jugadas al final y no fuimos capaces de pararle. Y ahí es cuando todo se empezó a venir abajo», comentó Alvin Gentry, técnico de Pelicans.