James Harden, Chris Paul y Carmelo Anthony tendrán taquillas contiguas la próxima temporada. Que se dice pronto, pues tres de los jugadores con talento más galopante de la última década se juntan por una causa común: derrocar a Golden State y conseguir el primer campeonato de sus vidas. Gran parte de la opinión pública sostiene, no obstante, que los entrantes Houston Rockets son ligeramente menos competitivos que los que estuvieron a un encuentro de pasar a las Finales. Sin poder asegurar nada a ciencia cierta todavía, Harden, el pilar maestro del proyecto, opina justamente lo contrario.
«Todos vimos cómo funcionó la integración el año pasado (con Chris Paul). Cuando tienes a dos jugadores con un gran IQ, que son altruistas y saben jugar, todo es fácil», pudo declarar Harden en una entrevista publicada recientemente en The Players Tribune.
A favor del testimonio del escolta sí que hay que inyectar que, justo hace un año, el experimento Paul-Harden contaba casi más escépticos que devotos. Y vaya que si funcionó, con el mejor récord en temporada regular (65-17), además de una versión optimizada —también y sobre todo en defensa— que amenazó con jaque pastor a los Warriors en las finales del Oeste.
Para el curso entrante, la pieza que se adhiere es Carmelo Anthony, pero Harden tiene confianza en que el período de adaptación sea también una cuestión «fácil». «Este año, viniendo de una temporada de MVP, tenemos a Carmelo; va a ser fácil. La transición es fácil. Cuando tienes a tantos jugadores talentosos, con un alto IQ, que les encanta comunicarse y resolver situaciones difíciles, el trabajo es una cuestión fácil», agregó Harden.
Problema: la falta de comunicación
El reinante MVP de la pasada temporada también advirtió de los peligros de juntar tantos astros en una misma constelación. «Todo se vuelve difícil cuando no hay comunicación. De eso se trata. Siempre que salgamos a la pista y nos comuniquemos bien, las cosas funcionarán», finalizó James Harden.
Con la llegada de Anthony, las posibilidades ofensivas de Houston se diversifican, aunque defensivamente se produce un efecto contrario. Mike D’Antoni, head coach, tendrá que descifrar cómo sacar el máximo rendimiento de una plantilla que el pasado curso estuvo a un nivel histórico tanto en ataque como en defensa.