Aunque haya cambiado tres veces de equipo en tres años, siempre que se hace un traspaso por una figura como James Harden cabe cuidar hasta el último detalle. Cuando el jugador anunció la ruptura de su relación con Daryl Morey el pasado agosto obligando a los Sixers a ponerle en el mercado, Los Angeles Clippers fueron prácticamente el único destino barruntado. Finalmente, la franquicia de Steve Balmer se hizo con La Barba a cambio de tres primeras rondas, un par de segundas y un paquete de veteranos. Pero no dieron el salto sin antes asegurarse de estar acertando con el movimiento.
En su labor de consulta, los Clippers fueron a preguntar a un viejo conocido. Doc Rivers cogió el teléfono, como quien dice, recién salido del banquillo de Philly. Todo ello con cierto ambiente hostil entre el técnico y las estrellas (Harden y Embiid) tras la eliminación ante Boston en unas nuevas semifinales de conferencia. Rivers, no obstante, dejó rencillas a un lado y, según revela el técnico para ClutchPoints, dio luz verde a la franquicia para intentar el traspaso. «Me llamaron y les dije que sería un gran acuerdo para ellos. Pensaba que encajaría mejor allí de lo que lo hacía en los Sixers. Para mí tenía un encaje perfecto allí», admite.
De las dudas a infundir el miedo
Tras esa llamada, los Clippers aún tardaron meses en cerrar el trato. Y, una vez sellado con la temporada recién iniciada, la aventura de Harden comenzó con el pie izquierdo tras perder sus primeros cinco encuentros. Desde entonces, los angelinos se han convertido en uno de los mejores equipos de la liga por resultados y sensaciones. Terceros del Oeste con un 36-17 que les separa a tan solo dos partidos del liderato que ocupan los Timberwolves. En este tramo Harden se ha convertido en el conector perfecto entre Kawhi Leonard, Paul George y el resto del equipo. Promedia 17,5 puntos y 8,4 asistencias por noche con el mejor porcentaje de tiro de campo efectivo de su carrera (57,4%). Cifras lejos de sus días de MVP, pero que dan la sensación de acercarle al anillo como no lo estaba desde 2018. Doc Rivers sabía de lo que hablaba.
(Fotografía de portada de Tim Nwachukwu/Getty Images)