Mike D’Antoni tiene un plan. Sabedor de que sus dos estrellas, James Harden y Chris Paul, viven la mayor parte de los partidos con el balón en sus manos, ha organizado un reparto de tiempo en el que siempre habrá uno de los dos sobre la cancha, haciendo así que coincidan solo una media de 18 minutos.
Parece una decisión acertada, sobre todo porque el estilo de ambos obliga a un periodo de adaptación. Por ello, hacer que deban repartirse el trabajo poco a poco; es decir, pasando de periodos cortos de tiempo a otros más prolongados, puede hacer que vayan generando automatismos sin que ello lleve a conflicto alguno.
Así, el entrenador de Houston Rockets se reunió con ambos para explicarles su idea, en la cual Chris Paul estaría en pista entre 32 y 34 minutos por noche: «Voy a tener a un base Hall of Fame todo el tiempo sobre la cancha. Te lo prometo», comenta en declaraciones recogidas por ESPN, medio que profundiza en el nuevo sistema de los de Texas.
Paul dejaría la cancha tras cinco minutos de partido mientras que Harden, quien prefiere jugar todo el primer cuarto, deberá marchar al banquillo cuando queden dos o tres minutos. Resumiendo: coincidirían un total de 18 minutos en cancha y jugarían juntos los últimos cinco de cada partido. «Sé que habrá momentos en los que James diga: «Quiero estar ahí fuera». Y yo el diré: «No sé qué decirte. Hablemos sobre ello».
Un margen lógico
Claro está que este esquema es una teoría abierta a cambios sobre la marcha. El baloncesto dista mucho de ser una ciencia matemática en la que los cálculos iniciales vayan a ser los acertados. Así, habrá que esperar a ver cómo empieza la temporada para Houston y, indudablemente, centrarse en el desarrollo de cada partido en concreto. A partir de ahí las variantes pueden ser infinitas.