Aunque la oferta de los New York Knicks quedase bastante lejos de los 87 millones de dólares por tres temporadas que Isaiah Hartenstein ha acabado firmando con los Thunder, la decisión del pívot no estuvo tan lejos de la renovación. Él mismo lo admite hoy en el New York Post. Allí asegura que estaba dispuesto a perdonar dinero por permanecer en la Gran Manzana. Pero que, una oferta de ese tamaño de un aspirante como Oklahoma, era demasiado como para decir que no.
«Tenía que asegurar que firmaba un contrato que me solucionase la vida. Pero también, si no llega a aparecer un equipo como Oklahoma, habría aceptado un recorte porque amo New York», aclara. Los Knicks le ofrecían algo más de 72 millones por cuatro cursos e intentaron retenerle a toda costa en reuniones en las que el propio Jalen Brunson estuvo presente.
En sus dos años en la franquicia neoyorquina, Hartenstein se ha convertido en uno de los favoritos de la parroquia knickerbocker. Llegó siendo el suplente de Mitchell Robinson, pero ha acabado ocupando su lugar en el quinteto titular incluso mejorando sus prestaciones. Causa, eso sí, de las continuas lesiones que castigan al todavía pívot de los Knicks.
La marcha es más dañina de lo que parece para los del Madison Square Garden, en los que existen dudas con la mencionada salud de Robinson y con un jugador como Jericho Sims.
(Fotografía de portada de Sarah Stier/Getty Images)
