Hubo un tiempo en el que no estaba claro, al menos de puertas hacia fuera, que Gordon Hayward -si llegaba finalmente a Boston- y Jae Crowder, pudiesen cohabitar en el esquema inicial de Brad Stevens. No se trataba de menospreciar a Crowder, algo que él mismo sintió en enero de 2017 cuando, con motivo de la visita de Utah Jazz al TD Garden, sus aficionados se afanaban en agradar al visitante Hayward, quien recibió el mayor número de vítores y aplausos.
La duda estribaba en una pieza que ha salido del tablero cuando muchos hubiesen apostado fuerte por lo contrario. Avery Bradley, siempre visto como elemento esencial en el futuro de los Celtics, marchó para dejar el espacio salarial necesario para firmar por el máximo a Hayward. ¿Consecuencia? En Boston ya no habrá escolta, sino un nutrido grupo de aleros versátiles que ocuparán los puestos de ‘dos’, ‘tres’ y ‘cuatro’ sin demarcaciones fijas.
Ese es el plan de Brad Stevens. En esta nueva fase de una de las reconstrucciones mejor medidas de los últimos años, el entrenador jefe de la franquicia de Massachusetts sabe que Isaiah Thomas es su base, sabe que Al Horford es su pívot y sabe que tiene un grupo de aleros que, partiendo del binomio titular formado por Gordon Hayward y Jae Crowder, le permite un sinfín de posibilidades.
«Creo que estos dos jugadores son realmente tan buenos que pueden jugar juntos y hacerlo también con otros chicos que pueden ser igualmente aleros. Puedo ver muchas alineaciones posibles: Hayward-Crowder-Marcus Morris, Hayward-Crowder-Jaylen Brown, Hayward-Crowder- Tatum…», expresa a Chris Mannix de The Vertical antes de recalcar: «Hay tantas piezas que podemos mezclar y combinar con una gran versatilidad. Son chicos que son ‘dos’, ‘tres’ o ‘cuatro’. Estoy muy emocionado».
Hayward, ajuste perfecto
Ha sido el último en llegar y quizás el más deseado desde hace años. Hayward es ahora un ‘celtic’ y Stevens no puede sino alabar sus cualidades para jugar al baloncesto. «Lo bueno de alguien como Gordon es que puede ser quien inicie el juego, pero igualmente se adapta a trabajar como alero. No ha actuado mucho como ‘cuatro’, pero tenemos otros chicos en su rango físico que jugarán con él», sentencia feliz por tener todo lo que cree necesario para llevar a Boston al siguiente nivel.