Herb Jones llegó a la NBA en 2021 como número 35 del draft. Aunque no fue una elección demasiado elevada, los Pelicans siempre confiaron mucho en él hasta el punto de ya en su primer año –aupado también por las lesiones– fue titular en hasta 69 encuentros.
Se trató de un excelente punto de partida, uno que supo aprovechar con buenos números e intensidad sobre el parqué. Así, al siguiente curso, el 2022-23, repitió rol en el equipo para irse a un promedio de 9,8 puntos, 4,1 rebotes, 2,5 asistencias y 1,6 robos por noche. No es el jugador más brillante, cierto, pero sí uno que pone pegamento a la mezcla de piezas en New Orleans.
Convencidos de que tienen entre manos una pieza que no pueden perder, en la organización de Luisiana no dudaron este verano al ponerle sobre la mesa un contrato de cuatro años y 54 millones de dólares, el cual fue inmediatamente firmado por el alero. En dos años ha pasado de llegar a la Liga sin hacer mucho ruido a tener un acuerdo muy lucrativo (y plenamente garantizado) hasta 2027. Simplemente no se lo puede creer.
«Como poco… fue una locura. Para ser honesto, fue una locura lo rápido que ha dado resultado todo. Prácticamente sentí como si el tiempo hubiera pasado volando. Cuando ocurrió, me sorprendió mucho que hubiera sucedido en un momento tan pronto de mi carrera, sobre todo viendo el puesto en el que fui seleccionado», comenta en declaraciones a Christian Clark de New Orleans Times-Picayune.
Pensando ya en el curso venidero, la gran duda de los Pelicans es si por fin podrán contar con Zion Williamson sin que los problemas físicos de este hagan apto de aparición. Si el All-Star está sano, todo lo demás debería funcionar y, por supuesto, la rotación giraría alrededor suya.
(Fotografía de Matthew Stockman/Getty Images)