Con ustedes, Don Damian Lillard. El base de los Blazers ha firmado esta madrugada una actuación para la historia al alcanzar los 71 puntos en la victoria por 131-114 ante los Rockets, convirtiéndose en el octavo jugador de la historia en superar la barrera de los 70. Además, a sus 32 años, se convierte además en el jugador más veterano en lograrlo, pues nadie había sido capaz de anotar tanto en un solo encuentro una vez pasados los 30.
El hito de Lillard trae consigo varios récords que es necesario desgranar. Empezando por su propia franquicia, esta es por supuesto la mayor anotación y el mayor número de triples anotados por un jugador con la camiseta de Portland, superando los 61 tantos y 11 tiros de tres con los que él mismo ostentaba el récord. De hecho, Damian cuenta ahora mismo con los cinco mejores registros de la historia del equipo en anotación, así como con los únicos cinco duelos con al menos 10 triples jamás disputados por un hombre de los Blazers.
Por otro lado, el base no ha necesitado más de 39 minutos y 11 segundos sobre la pista, lo que le hace de esta una noche aún histórica en términos de eficiencia. En las 12 ocasiones anteriores en las que se habían superado los 70 puntos, ninguno de los protagonistas había sido capaz de hacerlo jugando menos de 41 minutos, evidenciando la eficacia con la que Dame destrozó esta madrugada a la defensa de Houston.
Lillard ha igualado además los 71 tantos anotados por Donovan Mitchell a principios de enero, convirtiendo a esta en la única temporada de la historia en la que dos jugadores han conseguido irse por encima de los 70. Si bien durante los cursos 61-62 y 62-63 ya se habían visto múltiples actuaciones semejantes, estas siempre habían tenido el mismo protagonista (¿hace falta decir que es Wilt Chamberlain?), pero nunca dos autores distintos. Al fin y al cabo, este tipo de noches eran bastante inusuales hasta hace nada, pues llevamos los mismos encuentros de +70 puntos en estos dos meses de 2023 que en el resto de siglo XXI.
Colocándola en términos históricos, la anotación de Lillard se cuela como la octava mayor de la historia, empatada en dicha posición con los 71 que sumaron también tanto el propio Mitchell como David Robinson en 1994 y Elgin Baylor en 1960. Asimismo, iguala a Stephen Curry y Zach LaVine con el segundo mejor registro de triples en un partido, solo superado por los 14 con los que Klay Thompson ostenta el récord histórico.
Cómo ocurrió
Fue en el segundo cuarto cuando empezó a intuirse que los espectadores del Moda Center iban a ser testigos de algo grande. Con 25 tantos en dicho periodo, Damian logró irse con 41 al descanso, estableciendo su récord personal en una sola mitad y dejando claro que esta iba a ser su noche. Con el avance del tercer cuarto, no obstante, cabía preguntarse si Billups iba a darle minutos en el cierre de partido, pues Portland llegó a verse con una cómoda ventaja de 23 puntos que parecía dejarles el triunfo en el bolsillo, pero los Rockets lograron reducir distancias, lo que curiosamente benefició a un Lillard que no tardó en salir a pista para, con 21 tantos en el último periodo, sentenciar el choque y entrar en la historia.
El pick & roll fue una de sus principales armas a lo largo de la noche, pues a base de bloqueos directos logró muchas veces ganar el espacio suficiente con respecto a sus defensores como para levantarse y anotar desde el perímetro. Además, a medida que los triples iban cayendo, las ayudas para tratar de evitar que lanzase se hacían más largas, lo que sin embargo liberó la pintura de Houston y le permitió explotar su velocidad para atacar el aro y finalizar o forzar faltas. En ese sentido, fue fundamental para él su precisión desde el tiro libre, desde donde logró un perfecto 14/14 que le ayudó a alcanzar el hito.
(Fotografía de portada: Carmen Mandato/Getty Images)