Siendo quizás uno de los novatos que llegó con menos fuerza a la NBA, no por sus cualidades baloncestísticas, sino porque Fred Hoiberg le utilizó únicamente en cuatro de los veinte primeros partidos de la temporada, Bobby Portis es a día de hoy una de las grandes promesas, de los Chicago Bulls.
«Obviamente va camino de ser una gran parte del futuro de esta franquicia», señala su entrenador en cuanto es cuestionado por la importancia del ala-pívot de Arkansas.
Sus números, 6,9 puntos y 5,3 rebotes, pueden resultar algo fríos, ya que en los últimos 25 años hasta 147 rookies (jugando al menos 40 partidos), han alcanzado un 5+5. Sin embargo, la relevancia de Portis gana peso en relación a sus minutos en pista, 17,7, lo que le convierte en el jugador que lo ha logrado con menos tiempo sobre la cancha.
«Todo se basa en la adversidad, en cómo tomas las cosas y cómo tratas con ello. No es cuestión de querer ser mejor de manera inmediata. Tienes que conseguir alcanzar la cima sobre una multitud», expresa a PBT.
Si hay algo que tiene Portis es paciencia, esa que le ha llevado a aprovechar las ausencias, primero de Joakim Noah –baja para toda la temporada– y después de Nikola Mirotic, para ganarse su sitio en el equipo; un lugar que podría ampliar en unos meses si Noah (agente libre) no continúa, y si Pau Gasol opta por salir de su contrato.