Hace un par de meses Houston sorprendió a propios y extraños venciendo en Oakland a los Warriors cuando los Rockets aún no eran considerados con tan alta estima como lo son ahora. Esta noche Golden State devolvió la moneda y se impuso por 108 a 125 en su visita a Houston.
Festival de triples… fallados
El arma favorita de los Rockets se convirtió en su perdición ante los actuales subcampeones. Los jugadores de Houston solo fueron capaces de encestar 7 de 35 triples intentados, un escaso acierto del 20 por ciento que condenó sus posibilidades. Kevin Durant explicó que los Warriors estaban decididos a no dejarse ganar desde el triple y fue su “buena defensa” la que provocó la mayor parte de fallos. “Hicimos un buen trabajo levantando la mano en los tiros y saliendo y rebotando. La mayoría de las veces estaban defendidos y les forzamos a tirar en la pintura y así poder correr”, dijo el alero.
Clint Capela fue el sorprendente máximo anotador de los Rockets con 22 puntos y 12 rebotes y James Harden disminuyó notablemente sus prestaciones en ataque al quedarse en solo 17 puntos, 11 asistencias y 7 rebotes.
Un ataque sincronizado
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— GoldenStateWarriors (@warriors) 21 de enero de 2017
Los Warriors dejaron el partido prácticamente visto para sentencia en tres cuartos. Después de 36 minutos la ventaja para los californianos ya era de 20 puntos y en el último periodo se dedicaron a administrar su renta. Kevin Durant volvió a ser el más destacado con 32 puntos y 7 rebotes, seguido por Stephen Curry con 24 puntos y 7 asistencias y Klay Thompson con 16 tantos. Draymond Green continuó con su línea habitual de ser el motor del equipo y cerró la noche con 15 puntos, 8 rebotes, 7 asistencias y 3 tapones.
Golden State repartió 30 asistencias en las 47 canastas anotados y registró un 52,8 por ciento de acierto en tiros de campo con un 39,5 por ciento en triples tras encestar 15 de 38 intentos de larga distancia.
