En la vida no conviene dejarse llevar siempre por las sensaciones, ya que estas te pueden jugar a veces una mala pasada. Parecía que tras el Game 4 los Warriors lo tenían todo controlado. Una diferencia de 41 puntos, un 2-1 en las Finales del Oeste, un nuevo partido a la vuelta de la esquina como locales. Todo propicio para el 3-1.
Y sin embargo, cuando Klay Thompson fallaba anoche a falta de 2 segundos el tiro que podía haber cambiado todo con 92-94 para los Rockets, la vida volvió a ponerse bonita para Houston. Sí, ganaron los Texanos (92-95), rompieron la mejor racha de triunfos seguidos locales en playoffs de siempre, esos 16 partidos de los Warriors. Y sí, la serie vuelve ahora a su feudo, a Houston, con el factor cancha recuperado y la iniciativa de la serie adquirida.
Harden y Paul lanzan a Houston
Chris Paul cerró el encuentro con unos postreros tiros libres que sirvieron de guinda al pastel. Una falta de Shaun Livingston en el rebote al lanzamiento de Thompson había dejado en manos de CP3 la oportunidad de sentenciar todo. Restaba medio segundo y sin embargo el base todavía quiso añadir drama a todo, en un preludio de lo que nos puede venir en los siguientes encuentros. Así, Paul solo encestó 1 punto y dejó el 92-95 con medio segundo por jugar. Stephen Curry ni siquiera pudo después armar el milagro.
Se había acabado el cuarto duelo, Paul 27 puntos en 41 minutos, James Harden 30 tantos en 44. Mike D’Antoni jugó solo con siete piezas, a las que exprimió. Todos los titulares, excepto Clint Capela, se fueron por encima de los 40 minutos, con P.J. Tucker firmando 44 minutos sobre el parqué del Oracle Arena. Y 16 rebotes. Además de los habituales Capela, Tucker, Trevor Ariza, Paul y Harden de inicio, Eric Gordon y Gerald Green fueron los otros hombres usados en una escuadra donde D’Antoni encontró la vía ofensiva en la pareja Harden-Paul.
El 12-25 del último cuarto
Llegado el instante decisivo, los Warriors se atascaron. Con 12 minutos por disputarse el marcador reflejaba un 80-70 a favor de los locales. Sin embargo, fueron doblados en el electrónico en el último cuarto y recibieron un parcial de 12-25 que les puso directos hacia la derrota. En este tramo, el tiro de Golde State fue terrible: 3/18 en lanzamientos de campo, 0/6 en triples; Stephen Curry, 1/8 y Kevin Durant, 0/5. Así, difícil.
Había sido una velada de dominios alternos, con máximas ventajas que apenas superaron los 10 puntos en ambos bandos. La baja de Andre Iguodala, definitivamente fuera del choque, la intentó aplacar Steve Kerr con Kevon Looney en la pintura y Draymond Green en una posición más baja. Looney firmó 26 minutos, 4 puntos y 6 rebotes como titular. Jordan Bell, en cuarto de hora, 6 puntos y 5 rebotes como suplente.
👀 the TOP BUCKETS from @HoustonRockets comeback victory that tied the Western Conference Finals at 2! #Rockets #NBAPlayoffs pic.twitter.com/zrSaEkiOtG
— NBA (@NBA) 23 de mayo de 2018
El máximo anotador de Golden State fue Stephen Curry, 28 tantos y definitivamente presente en estas Finales del Oeste tras dos primeros partidos flojos y un gran tercer encuentro. En el cuarto duelo de la serie también brilló, con 6/13 en triples, pero nada de eso bastó. Tampoco sirvieron los 27 tantos de Kevin Durant ni los 11 puntos, 13 rebotes y 8 asistencias de Draymond Green, que lo jugó casi todo (45 minutos).
Da la sensación, en ambos banquillos, que ha llegado el momento de la verdad y que los entrenadores prefieren, a tenor de la distribución de minutos en uno y otro lado, confiar en los líderes, en los que llevan el peso de las plantillas.
El jueves 24 de mayo nuevo capítulo. Al igual que en el Este, las Finales del Oeste marchan 2-2, con la diferencia de que aquí sí se han producido victorias visitantes. No descarten que eso suceda en Texas, o que los Rockets, que nunca habían ganado en playoffs en el feudo de Golden State, se hagan fuertes en su hogar y pongan a los actuales campeones al borde del drama. Gane quien gane, uno de los dos derrotados saldrá con 3-2 en contra. Y ahí ya no habrá red ni margen de fallo posible.