Vamos por partes. Todo empezó después de que Golden State Warriors perdiese el pasado viernes ante Minnesota Timberwolves su segundo partido consecutivo. En aquel momento, Andre Iguodala fue cuestionado por si tanto él como sus compañeros Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green descansarían ante San Antonio. Su respuesta fue la siguiente: «No tengo ni idea. Yo hago lo que dice el amo».
Con esa palabras, y sin que concretase más, los medios intuyeron que la afirmación iba en alusión directa a su entrenador, Steve Kerr, quien como todos sabemos es blanco. Bien, desde ese momento, y teniendo en cuenta que en la posterior rueda de prensa utilizó en diversas ocasiones la expresión nigger, la cual es en determinadas circunstancias un insulto originado de su uso como tal en la época de la segregación racial, las alarmas se dispararon.
¿Fue un comentario racista? Iguodala lo niega. Consciente de que lo que dijo ha creado un gran revuelo, el alero de los Warriors ha explicado que en ningún momento se refirió a su entrenador y que se trataba de una broma que mantienen en el vestuario.
«Probablemente no fue el momento ni la forma adecuadas para expresarme. Pero todos tenemos nuestras opiniones y sentimientos. Tenemos derecho a ellos. Esa fue mi manera de divertirme un poco con ustedes. La única razón por la que lo siento es el haber puesto a mi equipo, al cuerpo técnico y a los compañeros en esta situación. Tengo una gran relación con Steve Kerr», explica a CSN Bay Area.
La multa
La aclaración de Iguodala y su arrepentimiento respecto a haber señalado a su equipo de manera innecesaria, no ha sido suficiente para que la NBA pasase por alto lo dicho. Así, el haber utilizado la palabra «amo» le ha terminado por acarrear 10.000 dólares de sanción al entenderse como un «comentario inapropiado».
Palabras de Kerr
Pese a la polémica creada, lo cierto es que nada ha sobrepasado el límite de una broma que ha terminado por tocarle el bolsillo. El propio Steve Kerr lo explicaba así tras dialogar con sus jugador: «Tiene un sentido del humor muy ácido. Solo le he dicho que hay ciertas bromas que deberían quedarse en el vestuario y no salir en los medios de comunicación. Esa es una de ellas», explica.