Paul George no será agente libre hasta 2018; sin embargo, bajo el nuevo convenio, los Pacers andan muy pendientes de la actuación individual de su estrella, ya que de esta depende el que cuenten con una ventaja fundamental de cara a retenerle. Lo explicamos.
El alero de Indiana, quien hace pocos días aseguró echar de menos etapas pasadas en los Pacers, suscita cada año el interés de equipos que desean hacerse con él vía traspaso, algo a lo que los de Indianapolis siempre han dicho «no»; sin embargo, muy distinta sería la historia si llegase totalmente libre al verano de 2018 para decidir su futuro. Este es justo el extremo que quieren evitar en su actual equipo. ¿Cómo? Acogiéndose a la nueva Designated Player Exception.
Según el mencionado punto del convenio, los Pacers podrían pagarle 219 millones de dólares por cinco años a partir de 2018, mientras que el resto sólo estaría en disposición de darle un máximo de 139 millones por cuatro años. El único problema es que para que así sea deberá ser seleccionado para uno de los mejores quintetos de la temporada.
Peleando con jugadores como Kevin Durant, LeBron James, Jimmy Butler, Giannis Antetokounmpo, Kawhi Leonard, Anthony Davis o Draymond Green, claro está que no será sencillo. Pese a ello, Steve Kyler de Basketball Insiders, asegura que en Indiana son optimistas de cara a que puedan acogerse a esa cláusula.
Entre el ideal y el miedo
Si Paul George formase parte de un equipo All-NBA en este curso, el panorama para Indiana sería perfecto, ya que podrían ofrecerle una extensión y, en caso de que la rechazase, sabrían exactamente a qué atenerse de cara al mercado de traspasos veraniego. En caso contrario, deberían esperar para ponerle por delante esa gran oferta al verano de 2018 -siempre que esté en uno de los mejores quintetos- y correrían el riesgo de que siguiese sin ser posible, por lo que podrían verle volar cuando no quede opción alguna de traspasarle.