La Copa NBA ya está aquí, y ha arrancado con un choque entre Pacers y Cavaliers que terminó cayendo del lado de Indiana por 121-116. El cuadro de Rick Carlisle se llevó un duelo muy parejo que le sirve para colocarse a la cabeza del Grupo A del Este, arrancando con buen pie para permitirse soñar con estar en Las Vegas en el mes de diciembre.
El triunfo no llegó sin sufrimiento a pesar de que los locales se las vieron muy felices tras una excelente primera parte que les permitió irse al descanso 17 arriba. Marcando el ritmo y comandados por los 22 puntos que Myles sumó en los dos primeros cuartos, los de Indianápolis sacaron a relucir su juego rápido y coral que arrolló a unos Cavs que parecían estar todavía adaptándose a la vuelta de Garland y Allen. Pero que no tardaron demasiado en hacerlo.
Porque a la vuelta de vestuarios el choque entró en una fase completamente distinta. Los de Ohio se hicieron fuertes atrás y lograron contener al huracán Pacer, que empezó a perder fuerza mientras Cleveland, sostenido en su defensa y comandado en ataque por un imperial Donovan Mitchell, construía su momentum. Los de Bickerstaff lograron darle la vuelta al encuentro e incluso empezar a construir una pequeña ventaja, instante en el que, ante el atasco ofensivo de Indiana, parecían haber llevado el partido a su terreno y tener todo dispuesto para llevarse la victoria en los compases finales.
Pero a un equipo dirigido por Tyrese Haliburton solo se le puede contener hasta cierto punto. El base no estaba teniendo ni mucho menos su mejor partido a nivel de acierto, pero su regreso a la pista en el cuarto periodo devolvió a los Pacers el orden, el criterio y la capacidad de decisión necesaria para recuperar las riendas del encuentro. Y Buddy Hield, con dos triples fundamentales, el acierto con el que aprovechar esas virtudes. Justo cuando parecían al borde del knock out, los de Indianápolis respondieron con un parcial de 12-1 que volvió a dar un giro de 180º al encuentro. No iban a dejar que se les escapara.
Haliburton, que terminó con 18 tantos y 13 asistencias, se encargó de frenar el arreón final de los Cavaliers con un lanzamiento de 6 metros a falta de 18 segundos, y Myles Turner, máximo anotador local con 27, selló definitivamente el triunfo con un tapón descomunal a Evan Mobley cuando el ala-pívot buscaba recortar distancias. El Gainbridge Fieldhouse, hoy teñido de azul con motivo del nuevo torneo, gritaba de alegría. Los suyos pasaban a la historia como el primer ganador de un partido de la Copa NBA.
No fueron suficientes para evitarlo los 38 puntos y 9 asistencias de Donovan Mitchell, responsable de mantener a Cleveland con vida en la primera mitad y de llevar a cabo la remontada en la segunda. Los de Ohio sumaron su cuarta derrota del curso y dan continuidad a un arranque no demasiado brillante, pero que promete mejorar ahora que dos de sus hombres más importantes están de vuelta.
(Fotografía de portada: Andy Lyons/Getty Images)