Los playoffs de la NBA son momentos, y si no aprovechas el tuyo… mal irán las cosas. Algo así deben estar pensando los Pacers. Partiendo como la Cenicienta de las finales de conferencia, Indiana fue fiel a sus puntos fuertes para dejar al Garden de Boston sin aliento, pero también a sus defectos para dar oxígeno a su rival cuando este parecía hundirse sin remedio. Fue una noche de emociones, de gran baloncesto por momentos y de inexperiencia a raudales de los de chicos de Rick Carlisle, que terminaron tirando por la borda una victoria que era suya para caer 133-128 ante los Celtics (tras prórroga).
En realidad todo el partido fue una muestra de lo que son ambos equipos. Boston tiene potencial para arrasar, y por momentos lo hizo, pero su inconsistencia tampoco le anda a la zaga. Indiana tardó en enterarse de qué iba la película, pero lo hizo a tiempo para sentirse protagonista, incluso poderoso por momentos. La gran diferencia estuvo en los instantes decisivos. Ahí, con el agua al cuello, los verdes demostraron una competitividad máxima mientras los Pacers se pegaron no uno, sino dos tiros al pie, a modo de pérdidas de balón sentenciadoras. En dos ocasiones estuvieron tres puntos arriba y con posesión a falta de segundos. En dos ocasiones regalaron el balón… Boston no lo desaprovechó. Jaylen Brown forzó la prórroga con un triple enorme y ya metidos en esa batalla final el Garden hizo el resto.
«Bienvenidos a los playoffs de la NBA. Sólo tienes que gestionar tus emociones. Cualquier cosa puede pasar. Esto no termina hasta que suena la bocina final. No se acaba hasta que se acaba… Al final fuimos capaces de encontrar la manera de ganar el partido», expresa Brown, autor de 26 puntos.
Lo cierto es que cuesta encontrar malas actuaciones a nivel individual. Se puede decir que todos los que se dieron cita sobre el parqué cumplieron con su papel casi a la perfección. Jayson Tatum fue el máximo anotador con 36 puntos a los que añadió 12 rebotes, Jaylen Brown acompañó con 26 y Jrue Holiday firmó su mejor encuentro de la postemporada para alcanzar los 28. Por bando visitante, Pascal Siakam logró un doble-doble de 24 puntos y 12 rebotes, Myles Turner le emuló con 23 puntos y 10 rebotes y Tyrese Haliburton se marchó hasta los 25 tantos. ¿Por qué damos tantos números? Para dejar claro que el partido se decidió por detalles, pero no por incomparecencia de ninguno de los presentes.
Las pérdidas de Indiana
«Es desafortunado que hayamos hecho tantas cosas buenas en este partido y que todo se redujese a un par de errores al final, pero son los playoffs de la NBA. Tenemos que aprender de ello y tenemos que recuperarnos». No le falta razón a Rick Carlisle, pero más que algo puntual de la recta final del encuentro –obviamente cuando más duele– se trata de una tónica constante para unos Pacers que cometieron hasta 21 pérdidas y que por tramos del partido se descontrolaron por completo. Quizás sea el gran problema de un equipo que demostró personalidad para levantar hasta tres desventajas superiores a los 10 puntos: la regularidad en su juego.
El triple de la salvación
Fue el gran momento de la noche para Boston. Tras verse entre la espada y la pared, Jaylen Brown sacó del barro a los Celtics con un espectacular triple desde la esquina. No les dio la victoria, pero sí esa vida extra que necesitaban para ir a por ello. Empezamos diciendo que los playoffs son momentos, y este fue uno que el alero All-Star escribió con letras de oro.
En dos días llega el segundo partido y la gran duda es si Indiana podrá levantarse. Echando un ojo a la historia de la NBA, todo hace indicar que han perdido su gran oportunidad. Empezar las finales de conferencia conquistando el Garden hubiese sido enorme para ellos. Ahora, tras este varapalo mayúsculo, la balanza se inclina enormemente a favor de Boston. Es difícil que los Pacers vuelvan a jugar tan bien y no menos que los Celtics repitan despistes por el camino. ¿Está la suerte echada?
(Fotografía de Maddie Meyer/Getty Images)