Es normal que ante el inicio de una nueva temporada, las ilusiones se disparen. Nadie culpa a los jugadores, entrenadores o aficionados de pecar de optimistas en esta época del año. Ya vendrá la realidad con el mazo… O no. Ahora bien, hay declaraciones que en cuanto son pronunciadas, suenan raro.
Hoy Brandon y Brandin, que no son un dúo cómico sino Ingram y Podziemski, han dejado frases un tanto osadas.
El de los Toronto Raptors (sigue costando que milite en el equipo canadiense) tiene ganas de quitarse la losa que ha portado durante estos años en New Orleans y que le han degradado desde jugador All-Star hasta prácticamente la irrelevancia. Entre las lesiones y los problemas a la hora de repartir espacios y jerarquías, el valor de mercado de Ingram ha caído en picado. Él sigue pensando que su calidad está intacta. «Cuando estoy bien, no hay nadie en esta liga capaz de pararme», ha dicho para SportsNet.
Ingram es un muy buen anotador. Un alero elegante capaz de meter tiros de elevada dificultad en el midrange y con un arsenal técnico que logra paliar sus fallas atléticas. Pero decir que estando bien es imparable quizás sea pasarse. Sobre todo porque en su carrera tiene un porcentaje de tiro efectivo del 51%, siendo la media de la NBA el curso pasado del 54%. Y no habiendo superado en toda su trayectoria los 25 puntos de media en una temporada, lo que le hubiese convertido en el vigésimo mayor anotador de la pasada temporada.
Claro que, en una noche de euforia, Ingram puede ser imparable. Como quizás un tercio de los jugadores NBA. «Lo he visto de primera mano, te lo prometo. Cuando estoy en ritmo y tengo toda mi explosividad, puedo llegar a cualquier sitio de la cancha y levantar el tiro ante cualquiera. Siempre voy a recibir una falta o llegar a mis zonas». Dicho todo esto, en Toronto tendrá una oportunidad de empezar casi de cero y al parecer, físicamente, está mejor que en temporadas pasadas.
Podziemski quiere ser mejor que Curry
En el caso de Podziemski es un caso claro de ambicionar alto para no ponerse techos a uno mismo. «Quiero ser mejor que Stephen Curry», dijo tras el partido inaugural de los Golden State Warrriors donde un Steph de 37 años dictó sentencia ante los Lakers con un triple marca de la casa.
«Honestamente, no todo el mundo quiere ser tan grande como Steph. Alguna gente lo dice, pero no todos quieren. Sé que es una misión enorme, pero quiero maximizar mi talento en la liga y sacar lo máximo que pueda». Brandin, esa es la mentalidad. Pero no vas a ser mejor que Stephen Curry.
(Fotografía de portada de Troy Taormina-Imagn Images)