Cuando uno viene de ganar 14 partidos seguidos las derrotas no acaban de sentar bien. Algo así le ha ocurrido a Kyrie Irving, quien terminó bastante molesto el encuentro contra Detroit Pistons, segundo clasificado de la Conferencia Este, que les superó en el Garden 108-118.
Merced al enorme partido de Andre Drummond, quien acabó por cerrar la victoria de los suyos con grandes acciones en los últimos minutos, se pudo ver a los de Michigan pletóricos en la celebración; no en vano habían doblegado a los líderes de su conferencia. Esa efervescencia, incluyendo gritos de los jugadores ya ganado el túnel de vestuarios, ha encendido la llama del base de los verdes.
«Solo por la manera en la que se mostraron físicamente durante el partido tienes ganas de anotar en el calendario cuándo vas a enfrentarte de nuevo con ellos. Eso y también por la reacción que tuvieron tras ganar. Puedes decir que realmente querían conseguirlo, fueron a por ello y probaron que podían», expresa a Jay King de MassLive.
Corta espera
Irving podrá saciar su sed de revancha pronto, ya que el próximo 10 de diciembre Boston vuelve a cruzarse con Detroit, esta vez en cancha de los Pistons. Ver crecer una nueva rivalidad entre dos equipos, aunque sea pronto para llamarlo así, nunca está de más.