La etapa de Isaiah Thomas en Cleveland fue de todo menos sencilla para él. Primero hubo de encajar su salida de Boston, donde había creado un vínculo desconocido para él hasta entonces. Con ese primer escollo sentimental superado, llegó el momento de recuperarse físicamente. Y tampoco fue tarea fácil. Su lesión de cadera acabó convirtiéndose en un verdadero quebradero de cabeza que lo dejó en el dique seco hasta 2018.
Ya de vuelta a las canchas, y cuando se pensaba que su presencia levantaría el ánimo de unos Cavaliers para habían comenzado el curso muy dubitativos, chocó de bruces con una cruda realidad. Su bajo estado de forma le impedía estar a su verdadero nivel y las críticas empezaban a cebarse con él, ya no solo por su rendimiento, sino porque el equipo no arrancaba.
Y llegó el traspaso. Con los de Ohio necesitados de un golpe de efecto que les devolviese el impulso, Thomas fue enviado a Los Angeles Lakers tras jugar solo 16 partidos con Cleveland. Su salida ponía fin a un tortuoso trayecto que no parecía haber acabado con demasiada simpatía hacia los Cavs. Nada más lejos de la realidad. Thomas, con vistas a las Finales que empiezan ya, manda el siguiente mensaje a sus excompañeros: ¡Consigámoslo!
¿Anillo para Thomas?
Como hemos dicho fueron pocos partidos, pero suficientes para que Thomas pueda conseguir su primer anillo de campeón. Eso es así porque si los Cavaliers derrotan a Golden State tendrán la posibilidad de ofrecerle la ansiada condecoración a Thomas, ya que este ha formado parte de su plantilla durante la campaña 2017-18. Puede que no sea la mejor manera de lograrlo, pero no sabemos si Thomas renunciaría por ese motivo a ello.