La enemistad que Chicago Bulls y Detroit Pistons se profesaron desde finales de los 80 resiste, en cierto modo, hasta el día de hoy. Si no tanto de un modo institucional, sí al menos dentro de los protagonistas de aquellas hoscas batallas históricas.
Los Bulls y los Pistons se enfrentaron en playoffs de manera ininterrumpida entre los años 1988 y 1991; cuatro ediciones en las que empezaron aplastando —casi literalmente— los aguerridos chicos de Detroit, con tres rondas seguidas ganadas sobre Chicago. En la última temporada en la que cruzaron caminos esa supremacía se evaporó y los Bulls de Michael Jordan destronaron a Isiah Thomas y compañía, consiguiendo después el primer título de su historia en las Finales ante los Lakers.
Para el recuerdo queda cómo los Pistons despidieron su legislatura (dos anillos), en 1991, abandonando la pista antes del final del encuentro y sin presentar respetos a su verdugo tras caer arrasados (4-0) ante los emergentes Bulls de Phil Jackson y MJ.
De aquellos barros, estos lodos. La tensión entre los protagonistas de semejantes enredos todavía emerge a la mínima oportunidad. La última prueba fue que Isiah Thomas, capitán general en aquella hornada de soldados de Michigan, negó el pasado jueves parte del legado de Jordan como mejor jugador de todos los tiempos.
Thomas fue entrevistado por el periodista Chris Broussard en la cadena Fox Sports y aprovechó la ocasión para dudar del estatus supremo de su archienemigo durante sus años como jugador.
«Creo que esta generación (la actual) no está teniendo suficiente crédito por lo que están haciendo. Porque los atletas que están en esta generación son muy superiores a los que había en la mía. Cuando jugábamos nosotros, Jordan era el mejor atleta que habíamos visto, (pero) desde un punto de vista del físico, hay como diez u once jugadores en la NBA actual que tienen el nivel atlético de Jordan. Antes no teníamos eso. Con lo que Kevin Durant o LeBron (James) están haciendo, si los pusieras a jugar en la era de los 80, con su talento, su físico y su habilidad, ¿quién hubiera sido el mejor de todos los tiempos?», podía sugerir Isiah Thomas.
Difícil comparación
Complicada la cuestión que plantea Isiah Thomas. Como siempre se suele mencionar y resulta realidad abrumadora, tiene escaso sentido comparar épocas y devanarse los seos sobre qué habría hecho tal jugador dentro de otro tiempo.
El juego ha evolucionado de diferentes maneras en las últimas tres décadas y también el físico de los combatientes. Por eso el tonelaje actual de los deportistas suele ser más completo, habiendo también una muy superior monitorización de todos los aspectos que influyen en el rendimiento deportivo. Resulta, pues, en parte inconcluyente plantear comparaciones sobre qué habrían hecho las estrellas actuales en los 80.
(Fotografía de portada: Justin Casterline/Getty Images)