Jabari Parker, quien se rompió por segunda vez el ligamento de su rodilla izquierda el pasado mes de febrero y fue operado apenas una semana después, sigue quitando hojas al calendario, el mismo que tiene una fecha marcada a fuego: febrero de 2018. En algún momento de ese mes, el jugador de los Bucks habrá completado su rehabilitación y volverá a las pistas de la NBA.
En esa etapa de progresos, Parker ha dado un paso de gigante esta semana, al ser asignado a los Wisconsin Herd, el vinculado de los Bucks en la G League. Con ellos ha entrenado lunes y martes. Y los resultados han sido satisfactorios. “Esto le da la oportunidad de correr arriba y abajo por la pista. Además le ofrece la posibilidad de medirse a otros jugadores. Estos días han sido positivos”, apuntó el entrenador de los Bucks, Jason Kidd, en información recogida por ESPN.
Inside Jabari Parker’s practice with the @WisconsinHerd! #FearTheDeer pic.twitter.com/bJNh2ZMSZs
— Milwaukee Bucks (@Bucks) 19 de diciembre de 2017
La luz
“Estoy al final del túnel”, apuntó Parker también a ESPN tras su estancia en los Herd. “Veo la luz y es realmente bonito. El baloncesto es mi santuario. Me encanta tener la oportunidad de volver a jugar en la cancha. Es una bendición. Si vives con miedo lo haces con dudas y con estrés”.
Número 2 del Draft de 2014, a sus 22 años Parker ha disputado tres campañas en la NBA, pero casi siempre marcado por las lesiones. En 152 partidos promedia 15,8 puntos, 5,6 rebotes, 2,1 asistencias, y 1,0 robos en 32,1 minutos de media.