De aquellos barros, estos lodos. Jabari Parker ha pasado, en solo cinco años como profesional y tras diversos giros del destino, de ser uno de los jóvenes interiores más prometedores de la liga a perder cualquier condición de proyecto válido para el futuro.
Al menos Parker sí puede presumir de seguir teniendo un hueco en la NBA después de haber sufrido no pocos percances físicos (en la rodilla, para más inri) desde su llegada a la competición. El ala-pívot se ha comprometido para disputar la temporada que viene en las filas de los Atlanta Hawks, tal como ha podido anunciar el periodista Shams Charania, de The Athletic.
Las cifras del convenio entre los Hawks y Jabari Parker serán 13 millones de dólares en dos años de contrato. La segunda de las temporadas, eso sí, está sujeta a una opción de jugador, por lo que Parker podría volver a ser agente libre el verano que viene si así lo desease.
Un clásico ‘uno más uno’ mediante el que Parker podrá intentar revalorizar su caché en la liga para poder firmar una cantidad mayor de dinero el verano que viene. De no conseguir restaurar su buena prensa en la NBA, el ala-pívot tendrá una segunda oportunidad en forma de temporada 2020-21 en Atlanta.
No es la andadura que esperábamos para Parker en 2014, pero tampoco hay que ensañarse con un jugador que se cruzó en el camino de la mala fortuna y las lesiones demasiado pronto. Recordemos que en 2017, formando parte de los Bucks, se dañó por segunda vez los ligamentos de la rodilla, autografiando ya sí que sí el principio del fin de sus días como gran activo de futuro. Antes de aquello, en su temporada de novato (2014-15) ya había tenido actuación limitada por la misma lesión.
(Fotografía de portada: Rob Carr/Getty Images)