La temporada de Reggie Jackson no está siendo sencilla. Cuando se esperaba un nuevo salto como líder de Detroit Pistons –él mismo se erigió como tal en verano–, una lesión a principios de octubre truncó tal objetivo al tenerle en blanco hasta el 4 de diciembre. Desde entonces le ha costado encontrar el ritmo; tanto es así que de 42 partidos disputados solo ha alcanzado los 20 puntos en 11 de ellos.
Esa complicada dinámica se ha visto acentuada en las últimas semanas. A modo de rookie wall de quinto año, Jackson pasó de promediar 19,6 puntos en enero a quedarse en 10,1 en febrero. Pese a ello, el base formado en Boston College nunca dejó de luchar al ver como el resto del equipo jamás bajaba los brazos.
Justo por sentirse arropado por el grupo, anoche, cuando cerró una perfecta segunda parte ante Chicago con un 10 de 10 en tiros de campo, su pensamiento no fue otro que dar las gracias a quienes sudan con él sobre la pista.
«A veces llegas a sentir lástima por ti mismo. Tuve que luchar contra eso, salir y jugar. Lo que más me animó fue ver al equipo jugar bien. Pese a mis problemas, siguieron conmigo y encontrando la forma de lograr victorias. Les doy las gracias. […] Les agradezco el haberme apoyado y llevado hasta el final. Ha sido un año difícil en los personal, pero acabará siendo uno de los mejores recuerdos de mi carrera de baloncesto», expresa en declaraciones recogidas por Detroit Free Press.
Envuelto en rumores
Dejando a un lado las estadísticas, Reggie tampoco ha tenido un año tranquilo respecto a su continuidad en la franquicia de Michigan, ya que en principio se habló de un posible traspaso a cambio de Ricky Rubio, y ya más cerca del límite de traspasos también aparecieron las opciones de que se negociase con Orlando y New Orleans.