Toca levantarse y aplaudir. Jamal Crawford se retira –lo estaba oficiosamente–, e inmediatamente despierta una sonrisa. Esa que aparece al recordar su baloncesto callejero, su baloncesto irreverente, su manera de entender un juego del que se despide con 42 años habiendo dejado tras sí un legado de brillantez que no se mide por títulos, sino por hacer disfrutar a todo aquel que tenía la suerte de verle un rato sobre el parqué.
El adiós ha sido sencillo y tranquilo –todo lo contrario que su juego–. A través de Twitter y con una exigua publicación, este anotador de élite cierra su etapa sobre las canchas.
A estas alturas hacía casi dos años que no le veíamos jugar. Nos tenemos que remontar al 4 de agosto de 2020, en la burbuja de Orlando, para encontrar el último día que tuvo minutos en la NBA. Fue con Brooklyn Nets, jugando solo cinco minutos pero logrando otros tantos puntos –nunca se le olvidó cómo destrozar el aro rival–.
Desde aquel día ha habido muchos meses de silencio. Ningún equipo le llamaba y se podía dar por hecho que su retirada era una realidad. Sin embargo, dado su talento y que de su boca no había salido tal anuncio –hasta ahora– tocaba aguardar por si había una última aventura –no ocurrirá–.
20 años de carrera
Así es. Jamal Crawford ha vivido 20 temporadas en la NBA. Inició su camino siendo elegido número 8 del draft del 2000 por los Chicago Bulls, y desde ahí pasó por Knicks, Warriors, Hawks, Blazers, Clippers, Timberwolves, Suns y Nets. Con tal trayectoria, no extraña que sea el 19º jugador que más partidos ha disputado en la Liga con un total de 1.327. El primer lugar es para Robert Parish con 1.611.
Respecto a sus logros personales, su carrera le fue situando en el rol de jugador que podía reventar un partido desde el banquillo. Como titular tuvo grandes campañas como la 2007-08 en la que se fue hasta los 20,7 puntos por noche con New York, pero fue más adelante cuando se ganó el reconocimiento como el mejor en lo suyo. Sí, hablamos de los tres premios a Mejor Sexto Hombre que recibió en los años 2010, 2014 y 2016.
Jugadas de cuatro puntos, su especialidad
Suena como poco extraño, pero es cierto. Jamal Crawford hizo del 3+1 un arte. Pocas veces se ven durante los partidos jugadas que concluyen con un triple anotado y tiro libre adicional, pero para este jugón nacido en Seattle no tenía secretos. Verle levantarse, recibir una falta, perder el equilibrio en el aire y meter un tiro inverosímil era algo natural; tanto es así que cierra su camino con un total de 44 jugadas de este estilo (nadie tiene más). He aquí un poco de su magia.
La regularidad en su rendimiento también fue notable durante toda su carrera. En su tercer año con Chicago superó los 10 puntos de promedio (10,7) por primera vez, y no se bajó de los dobles dígitos hasta la 2018-19; son exactamente 16 campañas consecutivas en al menos 10 puntos por noche (pocos lo hacen). En total, pone fin a su andadura habiendo dejado un promedio de 14,6 puntos, 3,4 asistencias y 2,2 rebotes por partido. Se le echaba de menos. Se le echa de menos. Se le echará de menos.
(Fotografía de Zhong Zhi/Getty Images)