Diez años en una franquicia dan para construir toda una vida, justo lo que ha hecho Jameer Nelson en Orlando, ciudad de la que sale con un matrimonio estable y dos niños de 8 y 6 años; sin embargo, lejos de suponer un trastorno su marcha hacia Dallas Mavericks, tanto él como su familia lo toman como un refrescante nuevo comienzo.
«Mi hija está emocionada y mi hijo, aunque no ha dicho mucho, al preguntarle me dijo: ‘A donde quieras ir, vamos a hacerlo’. Así que sí, vamos a bajar todos y a construir algo nuevo en Dallas», explica excitado en declaraciones a NBA.com, ante un cambio de vida que se ha convertido en una nueva etapa familiar.
La elección de los Mavericks no fue algo complicado para Nelson, ya que su objetivo era seguir siendo pieza importante de algún proyecto, algo que entiende que podrá cumplir bajo la tutela de Rick Carlisle. «Siento que una de las razones por las que elegí Dallas es que quiero jugar un papel importante en un buen equipo, algo que pienso que tengo la oportunidad de hacer allí».
Dispuesto a pelear
Pese al motivo de su elección, entiende que su estatus en el equipo deberá ganárselo con trabajo, algo para lo que está preparado. «Nunca me han regalado nada en toda mi vida. Estoy preparado para cualquier reto que se me plantee, así que estoy listo para la batalla».