James Harden está de vuelta, y parece que lo está en su versión habitual. El escolta, ausente desde principios de abril, hizo su regreso a las pistas en la victoria de los Nets ante San Antonio por 128-116, triunfo que mantiene a los neoyorquinos en la segunda posición del Este y en el que La Barba recordó a los más olvidadizos sus numerosas virtudes.
El ex de los Rockets no pisó la pista hasta el segundo cuarto, y aunque necesitó algo de tiempo para coger su ritmo anotador, pronto comenzó a dejar detalles de calidad y a sumar a numerosos aspectos. En los casi 26 minutos que jugó, Harden logró anotar 18 puntos, repartir 11 asistencias y capturar 7 rebotes, y lo hizo además con un 75% de acierto en sus tiros a canasta (6/8). Si bien no fue una exhibición de recursos, sí sirvió para que el escolta dejase buenas sensaciones a las puertas de los playoffs y que los Nets vayan ganando confianza en sus estrellas.
«La pretemporada y la temporada regular son una cosa y los playoffs son otra. Y el nivel de exigencia crece aún más a medida que pasas de ronda. Hoy quería volver a la pista, hacer notar mi presencia y volver a recuperar ritmo y sensaciones. Quería ser efectivo a ambos lados de la cancha durante un buen lapso de tiempo» aseguró tras su vuelta.
Con todo, el regreso de James no permitió a Brooklyn reagrupar a su Big 3, ya que Kyrie Irving se perdió el choque debido a la contusión sufrida en la victoria ante Chicago. Quien sí jugó esta madrugada fue Kevin Durant, quien sin embargo estuvo lejos de su mejor versión y se quedó en 14 puntos tras firmar un 4/10 en el tiro, aunque logró añadir 7 asistencias y 7 rebotes. El máximo anotador del equipo fue Landry Shamet con 21 tantos, mientras que Nichlas Claxton llegó a los 18.
Los Spurs, por su parte, estuvieron comandados por los 21 de DeMar DeRozan y los 15 que lograron tanto Patty Mills como Dejounte Murray. Esto, no obstante, no fue suficiente para plantar cara a los de Nash, que aunque no alcanzaron nunca distancias abismales en el marcador, sí controlaron el choque con mucha solvencia, especialmente en la segunda mitad. De hecho, la diferencia siempre fue de dobles dígitos en el último cuarto, lo que hizo que los texanos nunca se viesen cerca de la victoria y que tengan que seguir esperando para asegurar de forma matemática su presencia en el play-in.
(Fotografía de portada: Elsa/Getty Images)