Cuando todos los focos apuntaban a Houston y la salida de una leyenda de la franquicia como James Harden, los Cleveland Cavaliers se colaron en la fiesta. En el mar revuelto que se habían convertido los Rockets, los Nets y este súper-traspaso, los de Ohio consiguieron a cambio de muy poco un activo interesante al que seguro que le darán un buen uso. Por una primera ronda desprotegida de los Milwaukee Bucks para el draft de 2022 y un jugador sin relevancia en el sistema de J.B. Bickerstaff como es Dante Exum, los Cavs adquieren a Jarrett Allen y Taurean Prince. Un movimiento con mucho más beneficio que riesgo y que los sitúa como uno de los ganadores del traspaso.
Un encaje perfecto
La llegada del pívot de los Brooklyn Nets da a la plantilla ese jugador que tanto necesitaban, un hombre alto que se adapta al roster mucho más que Andre Drummond. Hasta el momento, los Cavaliers se han mostrado como un equipo muy completo en defensa, capaz de salir a morder con sistemas más agresivos y no descuidar la zona. Son el equipo que más robos por partido realiza y el que más pérdidas de balón genera a su rival, y evidentemente son el equipo que menos puntos por encuentro recibe. Unos datos muy interesantes para un jugador tan móvil y rápido en defensa, pero que a la vez cubre tan bien sus espaldas y sabe llegar como ancla en la zona. Su versatilidad le dará un plus al equipo, con él no solo mantendrán esa intimidación tan necesaria en la zona, sino que también estarán menos limitados en situaciones de cinco abiertos y bloqueos altos.
En cuanto al ataque también ofrece matices diferentes e interesantes para el equipo, especialmente en lo que al dinamismo se refiere. Allen ocupa mejor espacios que Drummond y es capaz de jugar más lejos del aro siendo productivo para el ataque colectivo. En comparación con el ex de los Pistons se podrían dar una gran cantidad de estadísticas, pero todas vienen a resumir que es mucho más eficiente y rápido en cualquier faceta ofensiva. Siempre teniendo en cuenta la diferencia de uso de balón y los jugadores que esta temporada han rodeado a ambos.
Lo que se va y lo que se puede ir
Con Giannis Antetokounmpo y Khris Middleton asegurados a largo plazo, y un proyecto competitivo asegurado, la ronda de los Milwaukee Bucks para el Draft de 2022 no parece el más interesante de los activos. Pocos jugadores como Jarrett Allen puedes conseguir a finales de la primera ronda, y como dice el dicho popular «más vale pájaro en mano (…)». Por otro lado, Dante Exum es la otra pieza que los Cavaliers intercambian. Un escolta que tras seis años de experiencia en la Liga no termina de hacerse hueco en esta nueva corriente que predomina la NBA. En sus seis partidos disputados esta temporada presentaba unos porcentajes de tiro exterior muy pobres (18,2% en triples) y un impacto mínimo en el equipo.
Por lo que se podría decir que Koby Altman ha firmado un sobresaliente movimiento, y asienta la base de la franquicia en su young-core formado por Darius Garland, Collin Sexton, Isaac Okoro y el propio Jarrett Allen. Pero el movimiento también ha contado con otras bajas colaterales, la franquicia ha cortado a Yogi Ferrell y Thon Maker para aligerar la plantilla. Ambos tienen un rol residual y en circunstancias normales no tienen cabida en la rotación. Menos todavía si junto al pívot de 22 años llega Taurean Prince.
Por último, es inevitable no pensar que Andre Drummond está obligado a salir. Con más de 28 millones de dólares de salario este verano será agente libre y muchos equipos podrían estar interesados en liberar esa gran masa salarial de cara a la agencia libre. El que fuera dos veces All-Star ya no tiene hueco en el equipo, y JaVale McGee se ha convertido en una pieza de mucho valor en la segunda unidad. La mala y lenta lectura de juego le ha convertido en un jugador muy difícil de incorporar en un juego tan alegre como el de los Cavaliers. Pese al poco mercado que tiene, parece evidente que van a intentar librarse de él por activa y por pasiva.
(Fotografía de portada de Sarah Stier/Getty Images)