El pívot que se dedicaba a intimidar y rebotear está en peligro de extinción o, al menos, de que nadie lo quiera en su plantilla. Desde hace algunos años los equipos se han acostumbrado a jugar más rápido y con quintetos casi repletos de tiradores. Sí, es cierto que Golden State ha ganado sus anillos sin tener un center que lanzase desde fuera, pero es que cuando realmente querían romper el partido colocaban a Draymond Green de ‘cinco’ y listo. Dicho eso, los ejemplos son notables. DeMarcus Cousins –ahora en Warriors–, Marc Gasol, Karl-Anthony Towns, Joel Embiid… Ese es el camino que desea tomar Jarrett Allen.
El pívot de Brooklyn Nets llega a su segunda campaña en la NBA con la intención de dar un gran salto en su juego. Durante su año de rookie se marchó hasta 8,2 puntos, 5,4 rebotes y 1,2 tapones en 20 minutos por noche. Ahora, tras mostrar su talento como novato, quiere sumar una nueva arma a su repertorio: el triple.
«He estado trabajando mucho en el gimnasio. He intentado mejorar mi toma de decisiones y el tiro. Obviamente hoy en día tienes que trabajar el lanzamiento a canasta. Literalmente he trabajado en ello todos los días. Lanzando triples, desde rango medio… De todo. Diría que he lanzado al menos 50 triples cada día… Casi 100», comenta a Nets Daily.
Su deseo por mejorar es elogiable. Kenny Atkinson, quien ha mostrado en todo momento plena confianza en este chico formado en la Universidad de Texas, le ha empujado a trabajar en el tiro de tres puntos, y no por casualidad. Allen demostró durante su primer año en la liga que tiene el potencial para ser una amenaza exterior en el futuro. Lanzó quince triples y metió cinco. Si, es una muestra pequeña, pero con trabajo puede convertirla en una realidad que aporte muchísimo a la franquicia de Brooklyn.