JaVale McGee y su «temporada de redención»

Cuando Golden State decidió firmar a JaVale McGee no fueron pocos los que definieron este movimiento como extraño. Podía no faltarles razón. Los Warriors habían trabajado durante sus dos últimos años con pívots duros como Andrew Bogut o Festus Ezeli, y ahora se hacían con una pieza que si bien brillaba por su físico hace años, llegaba a Oakland tras diputar únicamente 62 partidos en las tres últimas temporadas.

Su facilidad para lesionarse estaba sobre la mesa, pero su imagen como profesional estaba más en entredicho por ser la pieza esencial del Shaqtin’ a Fool de Shaquille O’Neal, espacio televisivo en el que sus errores en la cancha eran recalcados. Hasta tal punto llegó la tensión respecto a esto que esta misma temporada ambos tuvieron una pelea vía Twitter.

«Tengo la percepción de ser, por alguna razón, una distracción tanto dentro como fuera de la cancha. No he hecho nada. Nada en absoluto. Soy visto igual que otros chicos que han hecho cosas malas, que no pasan controles y son arrestados o cosas por el estilo. Es frustrante respecto a lo mucho que trabajas. Se trata únicamente del concepto erróneo que la gente ve. Una motivación más para seguir trabajando duro, manternerte positivo y conseguir que finalmente las cosas funcionen», expresa a The Undefeated.

Los números le dan la razón. Sin estar en plena forma al principio, apenas disputó minutos durante 15 partidos; sin embargo, con el avanzar del curso fue ganando confianza, tanto propia como de Steve Kerr, hasta cerrar su temporada regular con un impresionante mes de abril: 10,3 puntos (79,4% TC), 4,8 rebotes y 1,5 tapones en 13,5 minutos. Esa dinámica la ha mantenido en playoffs hasta convertirse en un elemento determinante a ambos lados de la pista con 9,8 puntos, 4,3 rebotes y 2,3 tapones (segundo mejor de la postemporada) en 12,3 minutos por noche.

«Lo que he vivido ha sido algo así como una temporada de redención. Sin duda esta ha sido una gran oportunidad en un gran escenario para mostrar todo lo que tengo y cómo puedo ayudar a este equipo».

McGee está exultante, pero lo cierto es que el verano pasado no tenía asegurada su presencia en la NBA. Inmerso en la carrera por un anillo junto a Stephen Curry y Kevin Durant, el pívot confiesa que tuvos dos ofertas: una de un equipo aún no eliminado que le puso por delante un contrato garantizado y la de Warriors, no garantizada. McGee sabe que acertó.

«Son los Warriors. Tienes aquí el escaparate más grande, contando además a L.A. y Nueva York. Y además estamos ganando. No hay comparación. Hasta que llegué no me di cuenta de lo grande que es esta organización y de lo bueno que son los jugadores y los entrenadores». Y es que McGee cayó de pie en Oakland; tanto es así que en el primer entrenamiento colocó seis tapones y demostró ser una pieza atlética con la que jamás habián contado en Golden State.

«JaVale siempre ha sido un jugador trabajador, único y talentoso, además de muy querido por sus compañeros. Esperábamos que pudiese darnos algo distinto desde el puesto de pívot. En cuanto a su contratación, varias personas, incluyendo a Andre Iguodala (fueron compañeros en Denver), no hacían más que decir cosas extremadamente positivas sobre él», explica el general manager del equipo, Bob Myers.

Más que baloncesto

Su regreso a la élite de la canasta está sobre cada pista, en cada pantalla; pero eso no hace que McGee se quede ahí. Este chico de Flint (Michigan) -amante del cine-, tiene su propia organización no lucrativa llamada #JUGLIFE, la cual centra su actividad en concienciar desde 2013 de la importancia del agua potable diaria para una vida saludable. Por ello, ha construido pozos en Matugga (Uganda) para proporcionar agua a una escuela con más de 500 niños.

«El agua es lo más importante del mundo. Empecé a beber jarras en Denver y a compartirlo por Twitter. La gente me respondía mediante el hashtag #JUGLIFE, de ahí el nombre. Comencé a moverlo por Instagram y fue creciendo. Luego conocí a alguien en Uganda que necesitaba pozos de agua y decidimos que también fuese parte de ello. Se suponía que iría a Uganda el verano pasado, pero estaba peleando por conseguir un contrato en la NBA. No pude ir. Seré un agente libre de nuevo, pero este verano será el más corto porque estaremos hasta junio», señala con la mente en las Finales.

Entre récords e ilusión

McGee está en un equipo campeón, en uno que lleva tres años rompiendo récords -no vamos a numerarlos- y que además cuenta con el actual MVP. Con ello, y tras sumarse a la fiesta con los 15 puntos y 4 tapones que hizo en menos de 15 minutos en el Game 2 ante Portland, algo que jamás se había visto en la NBA, ahora no puede más que sentirse un privilegiado por lo que está viviendo.

«Definitivamente es una bendición. Tienen fotos en la zona de entrenamiento besando el trofeo. Es una locura. Ese es el punto real de lo que estoy viviendo. Realmente es una bendición encontrarme en situación de luchar por esto».


EXTRA NBAMANIACS

Nuestro trabajo en nbamaniacs es apoyado por lectores como tú. Conviértete en suscriptor para acceder a beneficios exclusivos: artículos especiales, newsletter, podcast, toda la web sin publicidad y una COMUNIDAD exclusiva en Discord para redactores y suscriptores.