La victoria de los Celtics por 133-123 ante los Knicks estuvo marcada por la expulsión de Jaylen Brown, que mediado el último cuarto tuvo que poner rumbo a vestuarios tras recibir dos técnicas consecutivas. Ambas, al menos en apariencia, bastante ligeras.
Todo comenzó en una jugada en la que el alero cometió una falta personal sobre Immanuel Quickley, acción que, sin malos gestos ni un tono aparentemente agresivo, protestó alegando que era similar a otra que había tenido lugar en el aro visitante y en la que no se había señalado nada. Dicha protesta le costó su primera técnica, y, dado que acumulaba cinco personales, Mazzulla decidió enviarlo unos minutos al banquillo, donde continuó mostrando su disconformidad con la acción. Y fue entonces cuando, desde la otra punta de la pista, uno de los colegiados optó por señalarle una segunda técnica y expulsarlo.
No está claro cuáles fueron las palabras de Brown en ese momento, pero Mazzulla aseguró en rueda de prensa que había dicho algo así como «no pites esa mierda». «Llevo cinco años en los banquillos y he visto a muchos jugadores decir cosas mucho más irrespetuosas que esa» añadió el técnico.
Jaylen debió pensar algo similar, pues en sus declaraciones tampoco fue comprensivo con la decisión de los árbitros, y de hecho ironizó sobre el hecho de que, de haber sabido que iba a ser expulsado y a recibir una multa, podría haberse contenido menos y haberse quedado más a gusto.
«Ojalá hubiese amortizado mejor el dinero que voy a perder» afirmó. «Siempre pensé que la primera expulsión de mi carrera sería más emocionante. Una pelea o algo así, no un árbitro demasiado emocional que está teniendo un mal día. Se nota que se ha dejado llevar por sus emociones y que ha querido forzar el conflicto. Yo estoy hablando con otro árbitro y de repente aparece él desde el otro lado de la pista para pitarme otra técnica, lo cual es un claro ejemplo de alguien aprovechándose de su poder para expulsar a otro. Ha sido una mierda».
(Fotografía de portada: Winslow Townson/Getty Images)