¿Está jugando Jayson Tatum el mejor baloncesto de su carrera? Probablemente. ¿Está pasando más desapercibido de lo que debería? Pues igual también. A la estrella de los Cetics le rodea cierta sensación de infravalorado a pesar de acumular dos finales, un anillo, seis All-Stars y cuatro All-NBA. En lo personal, él también lo nota así. «Honestamente, no [siento que se me valore en su justa medida]», cuenta en el Washington Post.
Esta narrativa de que el alero no es uno de los mejores jugadores de la liga, o que al menos no se habla de él como tal al nivel que se hace con otros, se recrudeció el verano pasado. Primero, cuando su compañero Jaylen Brown se embolsó el MVP de las finales a pesar de promediar menos puntos, rebotes y asistencias. Después, por sus descartes y poco protagonismo en general durante los Juegos Olímpicos de París.
Tatum tomó todo eso y siguió jugando como sabe. Añadiendo a su espectacular curso pasado una sensibilidad extra en el playmaking. «Si me quitas el nombre y la cara y solo dejas mis logros, la gente hablaría de mí muy diferente», continúa mientras enfatiza los 26 años que cumple.
Jayson Tatum antes de tiempo
El jugador cree que gran parte de ese relato que le circunda tiene que ver con perder en grandes escenarios a una edad tan temprana. Sobre todo cuando, con 24, cayó en las finales ante Golden State dejando una actuación bastante pobre. Aunque excusada por sus problemas de hombro por aquel entonces.
«Llegar ahí con 24 años… Creo que la gente me miraría muy distinto si hubiese ganado ese campeonato. Siento que se me echa mucho en cara, incluso después de varios años y ganar un anillo. Es algo que dejo pasar», zanja la estrella.
Quizás las consideraciones con Tatum siempre estén por debajo del jugador que es. Pero no deja de ser cierto que la cultura de lo inmediato tiende a menospreciar lo anormal que es que se consiga llegar a cinco finales de conferencia antes de los 26 siendo desde la segunda la clara estrella del equipo. Como dice a menudo Pepe Rodríguez, «la Wikipedia te aplasta».
(Fotografía de portada de Bill Streicher-Imagn Images)
