El mundo que rodea a la NBA es tan impredecible que el panorama de un equipo puede cambiar por completo en apenas un par de meses. O sino que se lo digan a los Boston Celtics. El equipo dirigido por Ime Udoka está a solo un triunfo de sus primeras Finales de la NBA desde 2010 cuando a principios de enero parecía un equipo a la deriva tras caerse de los puestos de playoffs.
Entonces, diversos analistas, entre ellos el polémico Kendrick Perkins, y aficionados no dudaron solo en señalaran de manera pública las capacidades del nuevo técnico, sino la propia convivencia en pista del dúo estelar del equipo formado por Jayson Tatum y Jaylen Brown. «Creo que existe una creencia bastante generalizada sobre que no funcionan juntos», afirmaría un general manager anónimo al periodista Jake Fischer.
Brown tiene 25 años y este viernes disputará el 24º partido de Finales de Conferencia de su carrera. Tatum, a sus 24 años, ha acompañado a Jaylen en tres de las cuatro apariciones de los Celtics en Finales de Conferencia desde 2017. La idea de separar al tándem es ahora tan irrisoria para las oficinas principales de Boston como lo era entonces. La única diferencia es que el resto de la liga comparte también esta postura. «Son, con mucha diferencia, la menor de mis preocupaciones», afirmó Brad Stevens al medio The Athletic a mediados del mes de enero.
En efecto, Tatum y Brown no son los mismos jugadores que tropezaron en ediciones previas. Cuando los Celtics desperdiciaron una ventaja de 3-2 ante los Cleveland Cavalies de LeBron James en las Finales de Conferencia de 2018, ambos tenían, respectivamente, 19 y 20 años. Sin embargo, las posteriores eliminaciones ante Milwaukee, Miami y Brooklyn reforzaron la creencia de sus críticos.
«Veíamos todas esas cosas que decían sobre que no podemos jugar juntos, mientras los medios afirmaban que uno de nosotros tenía que irse», afirmó Tatum a principios de año, según recoge el periodista Chris Haynes. «Hablamos sobre cómo ambos queremos estar aquí y resolver lo que se nos presente. Creo que lo más importante es que ambos queremos lo mismo. Estar en la misma sintonía es extremadamente importante. Sabemos que nos apoyamos mutuamente y que daremos todo lo que tenemos independientemente de lo que la gente pueda decir.»
Una confianza mutua que, casi seis meses más tarde, ha devuelto réditos más que positivos. «Solo tenemos que salir y jugar al baloncesto», declaró Brown tras la victoria de este miércoles en el quinto partido de la serie contra los Heat. «Cuando él se pone en marcha y yo me pongo en marcha, sabemos que nos pondremos en una buena posición para ganar.»
Desde aquella conjura en enero, los Celtics han emergido como el equipo más dominante de la NBA, fruto de una defensa asfixiante que presiona la primera línea defensiva y cierra el carril hacia el aro. Por su parte, Tatum ha sido incluido recientemente en el All-NBA First Team mientras que Brown ha consolidado su condición de All-Star como uno de los mejores two-way players de la liga. Juntos, se sitúan como la sexta mejor pareja de los presentes playoffs en net rating, entre aquellas que han compartido al menos 400 minutos en pista.
Si bien es cierto que el éxito de los Celtics emana del sistema aplicado por Udoka y el rendimiento de todas las piezas que componen el equipo, es muy probable que ya pocas voces cuestionen la habitabilidad en pista de Brown y Tatum.
(Fotografía de portada de Maddie Meyer/Getty Images)