El verano de los Lakers se avecina tormentoso. Si no es a nivel deportivo, a nivel institucional. En el berenjenal de dardos y culpas no asumidas, solo faltaba que su presidenta rompiese su silencio para terminar de llamar al caos. Y así ha sido. Jeanie Buss ha hecho su primera intervención pública en meses para dejar claro que no le agrada en absoluto el camino que está llevando la franquicia. «Me estoy impacientando porque somos el cuarto equipo que mayores salarios paga. Cuando pagas esa cantidad de dinero esperas llegar lejos en playoffs» declara para Los Angeles Times.
Como es obvio, los Lakers no solo no han llegado lejos en postemporada, sino que no la han pisado. «Es estomagante para mí dejarme un riñón y no obtener los resultados. No estoy feliz ni satisfecha». Las palabras son tan tajantes como suenan a pesar de tener una difícil traducción. A Jeanie se la nota a punto de tomar una decisión drástica, y quizás a eso vaya encaminado su autocrítica. «Entiendo que los aficionados estén frustrados y furiosos. Debo hacerlo mejor».
De hecho, preguntada por si estaba dispuesta a hacer cambio, Buss no parpadeaba. «Absolutamente. Si no cumplimos los estándares de los Lakers me veré obligada a hacer cambios y tomar las decisiones difíciles». El primero en aparecer en la lista de cabezas de turco no es otro que Rob Pelinka. Para finalizar, la presidenta desmentía cualquier intención de vender la franquicia, la cual considera como un proyecto póstumo de Jerry Buss, su padre y dueño de Los Angeles Lakers durante más de 30 años.
(Fotografía de portada de Ethan Miller/Getty Images)